Un pájaro australiano se olvida de cantar por el declive de su población. | Wikipedia

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Una especie de pájaro australiano en peligro crítico de extinción se está olvidando de cantar por el gran declive de su población, ya que las aves jóvenes no encuentran maestros adultos que les enseñen las «canciones de amor» para el apareamiento.

El rápido declive en la población del mielero regente (Anthochaera phrygia), una especie endémica del sudeste de Australia, se traduce en que las crías de este pájaro no llegan a aprender la llamadas de apareamiento emitidas por los especímenes adultos, según un estudio publicado este miércoles en la revista científica «Proceeding of the Royal Society».

De acuerdo con el estudio de la Universidad Nacional de Australia (ANU), en las zonas habitadas por un gran número del mielero regente los machos logran emitir «canciones ricas y complejas», mientras que en las regiones donde la población de la especie ha disminuido los machos emiten tonos simples y «de manera completamente incorrecta».
«Esta falta de capacidad para comunicarse con su propia especie no tiene precedentes en un animal salvaje. Suponemos que el número del mielero regente es ahora tan bajo que muchas aves jóvenes no encuentran especies adultas que les sirvan de maestro», apunta Dejan Stojanovic, coautor del estudio.

El hecho de que no puedan aprender a cantar de manera correcta «afecta seriamente su capacidad de comunicarse», lo que a su vez podría acelerar el declive de la población» indica por su parte el biólogo Ross Crates de la ANU. «Sabemos que una canción sexy aumenta la probabilidades de reproducción de los pájaros cantores. Las hembras evitan a los machos que cantan de manera incorrecta», apunta Crates.

El estudio sostiene además que el canto de los especímenes del mielero regente en cautividad es diferente al de la población salvaje, por lo cual no sería lo suficientemente atractivo para procrearse si fueran liberados.

Los investigadores estudian el uso de grabaciones de audio del mielero regente salvaje para tratar de enseñar los sonidos a la población en cautividad, lo que ayudaría a la conservación de este pájaro, de color negro y motas amarillas y con un tamaño de entre 20 y 24 centímetros.

Esta especie de ave, cuya población salvaje se estima en unos pocos centenares, fue catalogada en 2011 como especie en peligro crítico de extinción debido a la pérdida de hábitat natural, entre otros factores.