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Las celebraciones de cumpleaños al comienzo de una nueva década suelen ser especiales. Hollie Spence no quería que en su caso fuera diferente, lo que no esperaba es que su día se convertiría en una auténtica pesadilla. La mujer se embarcó, junto a una amiga y su hermano, en un flotador hinchable con forma de flamenco en el que, por si fueran pocos, además iban sus dos perros.

El plan era flotar hasta un área poco profunda de la playa de White Sands, situada en Kodiak (Alaska). Aparentemente, todo apuntaba a que se trataría de una jornada de relax, aunque con un poco de viento. No era la primera vez que el grupo realizaba esta excursión, puesto que un año antes lo habían hecho sin ningna dificultad.

Según informa ABC7, el grupo había preparado una mochila con ropa extra, mantas, bocadillos y bebidas sin alcohol para lo que creían que iba a ser un día agradable. Sin embargo, se olvidaron de algo que no sabían que les haría falta: los chalecos salvavidas. Las corrientes del agua resultaron ser más fuertes de lo que habían planeado y el grupo, subido en el flotador, fue arrastrado hacia la bahía de Monashka.

Pasada una hora, el flotador se detuvo en algunas rocas de la cosa, al otro lado de la citada bahía, y decidieron llamar al equipo de rescate de la policía de Alaska y a la Guardia Costera de Estados Unidos. Pese al esfuerzo, el salvamento no fue nada sencillo. Como las condiciones no eran las más adecuadas, los rescatistas no pudieron llegar al grupo en bote, por lo que utilizaron un helicóptero para llevarlos a un lugar seguro.

Por fortuna, tanto los animales como los tres amigos solo sufrieron algunos rasguños y, con la ayuda del equipo de rescate, lograron volver a la orilla sanos y salvos. Eso sí, Hollie Spence lo tiene claro: "Fue el día más aterrador de mi vida. No creo que vuelva a hacer algo así".