Aitana Sánchez-Gijón, Milena Smit, Pedro Almodóvar, Penélope Cruz e Israel Elejalde, este miércoles en Venecia. | CLAUDIO ONORATI

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Pedro Almodóvar inauguró este miércoles el 78 Festival Internacional de Cine de Venecia con la que posiblemente sea su película más política, Madres Paralelas, que entrecruza el tema de la maternidad y la sororidad femenina con las fosas comunes de la Guerra Civil. «La memoria histórica es un tema pendiente en la sociedad española, la sociedad tiene una deuda moral enorme con las familias de los desaparecidos, personas enterradas en fosas y cunetas y lugares indignos», declaró el cineasta en rueda de prensa en el Palacio del Cine del Lido, donde fue recibido con aplausos.

Almodóvar considera «incompleta» la ley de memoria histórica de 2007 del gobierno de Zapatero y criticó que las exhumaciones siempre hayan sido iniciativas privadas, tal y como refleja en su película. El cineasta reconoce abiertamente que quiere «darle visibilidad al tema» porque «en España hasta que no se pague la deuda con los desaparecidos no podremos cerrar nuestra historia reciente y lo ocurrido en la Guerra Civil».

La trama principal de Madres paralelas gira en torno a la relación entre dos mujeres, una más madura (Janis, Penélope Cruz) y otra joven (Ana, Milena Smit), que coinciden dando a luz a sus hijos en el hospital, lo que crea un nexo especial entre ellas. Además Janis, fotógrafa profesional criada por su abuela, está empeñada en cumplir la última voluntad de esta y encontrar los restos del bisabuelo fusilado y enterrado en una cuneta al principio de la guerra, para lo que contará con la ayuda de Arturo (Israel Elejalde), antropólogo forense.

En un momento inicial de la película, Almodóvar pone en boca del personaje de Penélope Cruz la cita crítica de una frase que dijo en su día el entonces presidente del Gobierno Mariano Rajoy jactándose de que en los presupuestos generales del Estado había «cero euros» para la memoria histórica.

Viaje

Penélope Cruz, por su parte, aseguró que esta séptima colaboración con su director de cabecera fue «un viaje muy intenso» al que dedicaron tres meses de ensayos previos. «Hay muy pocos directores que den a sus actores tanto tiempo y dedicación», agradeció. También declaró que es uno de los personajes más difíciles que ha hecho nunca.

Asimismo, en el filme también figura la mallorquina Rossy de Palma, en lo que será su octava colaboración con el cineasta manchego.