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Explicar a un niño una erupción volcánica y los efectos que ello produce puede ser complicado, por lo que se debe empezar comprendiendo qué es un volcán, cuáles son sus partes principales, qué es el magma y la lava y, por último, qué sucede cuando estos componentes salen al exterior y se produce la erupción.

Un volcán es una formación geológica que se crea con el paso de muchos años. Tiene forma de cono y sus partes principales, explicadas de forma sencilla, son:

  • Cámara magmática: es una cavidad dentro del volcán donde se acumulan las rocas derretidas y gases que se encuentran en el interior de la Tierra, una mezcla que se llama magma.
  • Conducto: es el tubo por donde va ascendiendo el magma que se encuentra dentro de la cámara magmática, en el interior del volcán.
  • Cráter: es la apertura o boca del volcán, es decir, la parte más superficial, por donde se arroja el magma.
  • Lava: cuando el magma que se encuentra dentro del volcán sale a la superficie en una explosión volcánica, se denomina lava.

Para comprender mejor estas partes del edificio volcánico, lo mejor es ver una imagen como la siguiente, donde se muestra el dibujo de un volcán y se señalan las partes más principales que posee.

El proceso por el que el magma que está en el interior de un volcán sube por el conducto y sale a la superficie terrestre a través del cráter se denomina erupción volcánica.

La lava comienza así a descender por la ladera del volcán, por lo que son visibles los humos alrededor de la montaña, así como las mezclas de gases y rocas, que se expulsan a una altísima temperatura.

Igualmente, se expulsan fragmentos sólidos que se denominan piroclastos, que tienen diferentes tamaños: si son muy pequeños, se denominan cenizas; si son un poco más grandes, se llaman lapilli, mientras que los más grandes se llaman bombas.

Estas erupciones volcánicas pueden producir diferentes daños al ecosistema, ya que los gases son perjudiciales para la vida animal, para la vegetación y para los humanos. La alta temperatura de la lava y las sustancias sólidas pueden también ser muy peligrosas.

Sin embargo, existen formas para detectar que un volcán va a entrar en erupción y, de este modo, evitar estos daños lo máximo posible. Los sismómetros, los GPS y otros instrumentos detectan movimientos de la tierra como terremotos o deformaciones de terreno que avisan de que puede producirse la erupción de n volcán.