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Antonio Resines ha relatado cómo fue su estancia en la UCI del Hospital Gregorio Marañón por las complicaciones que sufrió tras contraer el coronavirus en una entrevista concedida a El País en la que también revela cuál será su nueva película o serie.

El actor estuvo en una grave situación durante varias semanas, aunque finalmente consiguió superarlo. "Me acordaba de muchísimas cosas al despertar, el conjunto no es horroroso… Pero me encontraba en peligro permanente", declara.

"Me quería morir, ya no podía más. De hecho, se lo dije a los médicos: "Pegadme un tiro de una puta vez… Pero no os preocupéis, dejo ante notario que lo he pedido yo para que no tengáis problemas'", ha confesado.

El tiempo que permaneció en coma, deliró hasta tal punto que insultaba a cualquier persona que entrar en su habitación, tanto familiares como personal sanitario. "Cuando fui consciente, me tiré cuatro días pidiendo perdón a todo el mundo", asegura.

"Quería irme de ahí, a leer el periódico con un amigo que se murió hace ocho años, Rafa Santillán. Tomarme un café o una caña con él y otros también de por aquí, pero para eso me tenía que morir. Mandé una carta a mis padres. Pero una carta como de alguien que no sabe escribir, como de película de paletos. Les decía que en el tránsito cuidaran de Ana y de Ricardo, mi hijo. Me cansé, me cansé de verdad, me estaba yendo… Probablemente me encuentre a mis padres y a mis amigos por ahí, me figuré. En ese momento creí, sí, que quizá hubiera algo", ha narrado. "Pero luego nada, como antes, no creo en nada. Aquello se me pasó enseguida".

Aprovecha su relato para alabar la labor que realizan los sanitarios y criticar la falta de financiación para la sanidad pública. "El seguimiento lo hacen intensivistas, especialistas en infecciones, psicólogos clínicos, psiquiatras, equipos que se turnan. La UCI es un sitio impecable. El problema fundamental de la sanidad no son los trabajadores, son las infraestructuras y la falta de dinero y de personal. Ahora, los que atienden y se dejan ahí la vida te tratan como si estuvieras en un palacio", afirma.

No es el único susto que ha dado el actor a su familia, ya que padece varias patologías desde hace tiempo. Sin embargo, ninguna de ellas han conseguido frenar su actividad.

"Técnicamente soy paciente de cardiología por angina de pecho y de un cáncer colorrec­tal que superé en 2015. La traumatología ya es otra historia: en la pierna izquierda me han operado del tendón de Aquiles, la tibia, el peroné, llevo una prótesis en la rodilla, la cadera entera cambiada, tuve rotura de fémur, y en la espalda, la cuarta, quinta y sexta lumbares apuntaladas. No me duele nada ahora y eso que vengo de una atrofia muscular del 85% nada más salir del coma", confiesa.

Su recuperación fue más rápida de lo que pensaba, algo de lo que se muestra orgulloso. "En poco tiempo empezó aquello a revertir. Un día te levantas de la cama, vale, das tres pasos. Hoy he hecho cuatro kilómetros. Parando. Muy bien. Me encuentro muy bien", concluye.