El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Efe

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La Audiencia Nacional ha condenado a siete años y medio de prisión al vecino de Terrasa (Barcelona) detenido en 2018 con un arsenal de armas y acusado de proponer en redes sociales su intención de asesinar «como francotirador» al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La sección cuarta de lo Penal considera a Manuel Murillo, de 66 años y a quien se vinculó con entornos de extrema derecha, responsable de un delito de homicidio en grado de proposición y otro de depósito de armas y, además de la pena de prisión, le impone ocho años de privación del derecho a la tenencia y porte de armas.

El tribunal no ve acreditada la alteración psíquica del acusado y rechaza apreciar ni la circunstancia eximente incompleta de intoxicación etílica plena ni la atenuante de embriaguez por consumo de alcohol y medicamentos. La sentencia recoge los mensajes que Murillo, hijo del último alcalde franquista de Rubí (Barcelona), difundió en el grupo de WhatsApp «Terrasa por España» a partir de junio de 2018, en los que mostraba su absoluto desacuerdo con la exhumación de los restos mortales del dictador Francisco Franco. «Soy un francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez antes de que del todo se hunda a España. No haría falta guerras»; «No podemos permitir que humillen al Generalísimo Francisco Franco ni a José Antonio Primo de Rivera (...) Si es preciso me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y si se acercan disparo», fueron algunos de esos mensajes.

Desde junio hasta que fue detenido en septiembre de 2018 expresó en dicho foro y en otras conversaciones privadas su intención de acabar con Sánchez y «fue interiorizando que la solución para producir un cambio en la situación política española pasaba por causar la muerte del presidente del Gobierno» y «se empeñó en requerir ayuda para llevarlo a cabo». A Murillo, que trabajó como vigilante de seguridad, se le incautaron un conjunto de armas tras su arresto, 13 reglamentarias y siete prohibidas, entre ellas un arma de guerra; un arsenal que muestra, según el tribunal, su alta peligrosidad.

La Sala indica la dificultad que debe representar «atentar contra la vida del presidente del Gobierno, lo que haría pensar que la ideación del acusado estaría próxima a lo descabellado y por ende ante una propuesta no creíble ni en consecuencia factible». Y aunque admite que no hubo un plan definitivamente urdido, tramado y menos aún concluido, subraya también una circunstancia «indicativa de la alta peligrosidad»: el arsenal de armas que se le intervino tanto en su domicilio como en su coche, sin obviar su afición por el tiro. Tras analizar sus mensajes, el tribunal afirma que ha quedado acreditado que expresó, «cada vez con más ahínco», «una fijación inquebrantable su voluntad de dar fin a la vida del presidente del Gobierno». Por tanto, «por embrionaria que fuera» la fase en la que se encontraba, tenía la «persistencia, fijación y desvelada determinación» de «causar la muerte» de Pedro Sánchez y recabó además «de forma reiterada la ayuda que requería en pro de su pertinaz idea criminal».