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La Tierra lleva décadas sufriendo los efectos del cambio climático, siendo las emisiones de gases de efecto invernadero una de las principales causas. Ahora bien, un nuevo informe demuestra que el polvo del desierto tiene un efecto de enfriamiento global, el cual ha impactado en el planeta contrarrestando hasta un 8% del calentamiento global actual.

Así lo indica el estudio 'Mineral dust aerosol impacts on global climate and climate change' (Impactos de los aerosoles de polvo mineral en el clima global y el cambio climático), publicado esta semana en la revista científica Nature. A través de diferentes datos de satélite y mediciones terrestres, los investigadores han detectado un aumento constante de estas partículas microscópicas en el aire desde 1850.

"El efecto total de las interacciones del polvo sobre el balance energético global de la Tierra sugiere que la red de polvo enfría el clima", apunta el estudio, que detalla que estas partículas proceden, sobre todo, de Asia y el norte de África.

Los aerosoles de polvo mineral influyen en el balance energético de la Tierra a través de sus interacciones con la radiación, las nubes, la química atmosférica, la criósfera y la biogeoquímica. En este análisis, los científicos resumen estas interacciones y evalúan los impactos del polvo sobre el clima del planeta y el cambio climático.

Desde mediados del siglo XIX, las tormentas de polvo con vientos cada vez más fuertes han arrastrado el polvo de los desiertos a otras regiones, dejando estas pequeñas partículas suspendidas en el aire. El aumento de la velocidad del viento, la sequedad de los suelos y los cambios en el uso de la tierra influyen en la cantidad de polvo que llega a la atmósfera.

Así, el estudio señala que el polvo del suelo en núcleos de hielo, sedimentos oceánicos y turberas indica que el nivel de polvo mineral en la atmósfera ha crecido alrededor de un 55% en ese periodo, lo que ha incrementado su efecto refrigerante.

El aumento del polvo no ha provocado un enfriamiento excesivo, pero los gases de efecto invernadero por sí solos podrían causar un calentamiento aún mayor

Algunos efectos del polvo atmosférico calientan el planeta, pero otros contrarrestan este problema. Por ejemplo, al dispersar la luz solar hacia el espacio e interrumpir las nubes de gran altitud que pueden actuar como una manta que atrapa el aire más caliente, el polvo tiene un efecto global de enfriamiento. Por tanto, el verdadero alcance del calentamiento global estaría enmascarado.

El físico atmosférico Jasper Kok, autor principal del estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), explica en un comunicado que si la cantidad de polvo disminuye, el calentamiento podría intensificarse. "Demostramos que el polvo del desierto ha aumentado, y muy probablemente contrarrestado, ligeramente, el calentamiento por efecto invernadero", añade.

"El aumento del polvo no ha provocado un enfriamiento excesivo -los modelos climáticos siguen aproximándose-, pero nuestras conclusiones implican que los gases de efecto invernadero por sí solos podrían causar un calentamiento del clima aún mayor del que predicen actualmente los modelos", asegura.

El informe, no obstante, recalca que los modelos climáticos y las evaluaciones actuales no representan el aumento histórico del polvo. Y es que, aunque los niveles atmosféricos de polvo han aumentado desde la época preindustrial, la tendencia no ha sido constante: ha habido altibajos.

Esto provoca que las simulaciones de los modelos climáticos sobre el futuro ciclo del polvo sean muy divergentes e inciertas, lo que se suma al hecho de que existan tantas variables naturales y humanas que hacen que los niveles de polvo aumenten o disminuyan. Por ello, aún no está claro si la cantidad de partículas de polvo aumentará o disminuirá en el futuro.

"Añadiendo el aumento del polvo del desierto, que representa más de la mitad de la masa de partículas de la atmósfera, podemos aumentar la precisión de las predicciones de los modelos climáticos", afirma Kok. "Esto es de enorme importancia porque unas mejores predicciones pueden informar mejor las decisiones de cómo mitigar o adaptarse al cambio climático", asegura.