La venezolana se encuentra en Mallorca durante su gira promocional de cara al nuevo certamen mundial que podría celebrarse en España. | Julián Aguirre

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Es uno de los rostros más bellos del planeta. Estefanía Flores (Caracas, 1994) es la actual y flamante Miss Tourism World. Elegida en 2020, cuenta con el reinado más largo de dicha organización, debido a la pandemia, y en este 2023 trabaja en el nuevo certamen que podría celebrarse en España, reuniendo a bellas candidatas de todos los países. Estefanía tiene 27 años, es enfermera especializada en enfermedades de transmisión sexual y estudiante de Ciencias Políticas, además de fundadora y presidenta de la fundación Vuelos de Esperanza, que ayuda a niños y niñas de Venezuela, vulnerables y en alto riesgo de exclusión social.

En Venezuela el mundo del modelaje y la belleza es una industria muy importante. ¿Siempre soñó con ganar un concurso de belleza?
–No. En Absoluto. Desde los 8 a los 13 años tuve una gran formación religiosa y entonces yo quería ser monja cuando fuera mayor. Años después, cuando supe que la segunda razón de muerte entre las mujeres en Latinoamérica es por cáncer de cuello de útero, decidí formarme como enfermera en la especialidad de enfermedades de transmisión sexual.

¿Sigue en el mundo de la Medicina?
–Pues mire, además me gusta la investigación de la ciencia, pero sobre todo buscar soluciones a problemas. Actualmente tengo un proyecto de introducción masiva en el esquema sanitario de nuestro país de una vacuna del VPH (Virus Papiloma Humano) para que todos los niños y niñas la puedan obtener de manera gratuita, ya que a día de hoy no tenemos acceso a ellas.

Creo que tiene hasta su propia fundación. Veo que es una mujer muy activa. ¿Cómo combina todas sus tareas profesionales con los compromisos de Miss?
–Soy muy ordenada, activa y exigente. También he de reconocer que tengo un fuerte carácter. Vivo sola, pero me fascinan las reuniones familiares, por lo que adoro a los niños. Y fue precisamente eso lo que me llevó a crear mi propia fundación, que se llama Vuelos de Esperanza. Tratamos de que los menores tengan las herramientas suficientes para que vean el futuro con esperanza. Son hijos de familias en estado de pobreza y a través del deporte, la música y la danza desarrollamos una serie de actividades y valores para que apliquen el día de mañana y tengan un buen futuro en esta difícil sociedad.

¿Cuándo y cómo llega al mundo de los certámenes de belleza?
–Fue en el año 2019. Yo era modelo y me invitaron a formar parte del jurado de Míster Turismo Universo. Me propusieron presentarme al concurso de Miss Venezuela, que es lo más top, pero sobre todo me pareció bien al tratarse de potenciar el turismo, ya que es la mayor riqueza natural de la que cuenta mi tierra.

En 2020 es usted elegida Miss Tourism World, y sigue con esa corona desde entonces debido a la pandemia...
–Correcto. En estos últimos años no se ha celebrado el concurso a causa de la COVID 19. Ahora, junto al presidente de Miss Tourism World, David Singh, y su equipo estamos en plena gira promocional y trabajando en la ubicación para el próximo certamen.

¿Cuál es su secreto de belleza? ¿Se ha hecho alguna operación estética?
–Claro que sí. Me operé la nariz, por la que tuve muchos problemas, y los senos. Por lo demás intento mantenerme en buena forma. Practico boxeo desde hace cuatro años y también meditación. Mi alimentación es sana, me apasiona la cocina china, y me gusta darme buenos masajes.

¿Actualmente tiene pareja?
–No. No es el momento. Para el amor hay que dedicar tiempo. Estoy enfocada en mi trabajo. Soy católica y muy emocional.

¿Cómo es su hombre perfecto?
–Mi hombre perfecto creo, bueno estoy convencida, que ya llegó hace tiempo. Pero ya pasó. Me ayudó mucho en su momento, en los certámenes, tanto moralmente como económicamente, pues prepararse para un concurso de belleza es muy costoso.

¿Perdonaría usted una infidelidad?
–Sí. Si es carnal, sí. La pareja tiene que ser libre. Sólo el hecho de tener un pensamiento con alguien a través de las redes sociales ya es infidelidad. Lo único que no permitiría es el maltrato físico o psicológico. Eso no es amor.

¿Sigue teniendo fe?
–Nunca he perdido la fe. Yo soy la columna lumbar andante de Dios. Estoy superagradecida a la vida.

¿ Ya conocía Mallorca?
–No. Sinceramente no conocía la Isla. Me parece bellísima. Tan sólo estaré una semana, pero ya he podido visitar la Academia de Tenis Rafa Nadal, las Cuevas del Drach y una fábrica de perlas. También me han llevado a algunos restaurantes de cocina mallorquina, pero me falta darme un paseo por el centro de Palma.