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El emperador Naruhito de Japón ha cumplido recientemente los 63 años y en su felicidad tiene gran parte de razón su mujer, la emperatriz Masako, con quien lleva casado 30 años. Con ella ha vivido, y lo sigue haciendo, una bonita historia de amor.

La pareja se conoció en 1986 cuando ambos coincidieron en un té de bienvenida a la infanta Elena, la hija de Juan Carlos I y la reina Sofía. Allí se encontraba él como hijo de Akihito, que poco después se convertiría en el emperador de Japón.

Por su parte, Masako, que era hija de un alto diplomático, se licenció en Economía en Harvard en 1985 tras pasar varios años entre Moscú y Boston. Poco después ingresó en la Universidad de Tokio y pasó a formar parte del Ministerio de Asuntos Exteriores en 1987.

Rápidamente surgió el amor entre ellos, pero Masako no veía con buenos ojos casarse con Naruhito puesto que tendría que renunciar a su carrera y su entrada en la familia imperial japonesa reduciría su libertad. Él llegó a proponerle matrimonio dos veces hasta que, a la tercera, aceptó.

La pareja anunció su compromiso el 19 de enero de 1993 y celebraron su boda el 9 de junio. A la ceremonia asistieron más de 800 invitados, entre los que no se encontraba ningún dirigente extranjero. Poco después, ella confesó en un reportaje del Tokyo Weekender lo que le dijo su marido: "Su alteza me dijo que 'puede que tengas muchas preocupaciones y ansiedades por entrar en la casa imperial, pero haré todo lo que esté en mi mano para protegerte mientras viva".

Masako no lo ha pasado bien en su adaptación a este tipo de vida. Según la BBC News, se le diagnosticó un "trastorno de adaptación, relacionado con síntomas de depresión o ansiedad, resultado de su brusca transición de estilo de vida".

Había rumores de que ese trastorno se debía a la presión por tener un heredero varón, puesto que la regla japonesa de primogenitura masculina dice que las hijas no están incluidas en la línea de sucesión. En 1999 se quedó embarazada, pero sufrió un aborto. Con un tratamiento de fertilidad nació su hija, la princesa Toshi, pero que nunca heredará el trono, puesto que pasará al hermano de Naruhito.

Aunque decidió mantenerse alejada de los focos, Masako apoya públicamente más a su marido desde que este ascendió tras la abdicación de su padre. En 2019 le acompañó en la ceremonia de investidura.