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El Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) contabiliza ya 67 casos de botulismo iatrogénico detectados en el continente y relacionados con viajes a Turquía para someterse a operaciones para la obesidad. Viajes que se realizan "por desesperación" en busca de una solución a una enfermedad que los endocrinos piden considerar como "crónica y recurrente". Las autoridades sanitarias desaconsejan "firmemente" el turismo sanitario para intervenciones de cirugía de la obesidad, especialmente en Turquía, ya se asocia actualmente con un "riesgo significativo de desarrollar botulismo".

Según el último informe del ECDC, se han detectado 12 casos en Alemania, 1 en Austria y Suiza y 53 en Turquía. De los 63 pacientes de los que se tiene información, 60 están relacionados con un hospital privado en Estambul y otros tres con otro, también privado, en Izmir. Por ahora no está claro si este brote se debe un problema terapéutico o de procedimiento en los hospitales involucrados, o si hay un problema con el producto administrado. En España, el Ministerio de Sanidad no tiene hasta la fecha constancia de ningún caso detectado.

Los especialistas consultados por 20minutos remarcan que el uso de toxina botulínica intragástrica para perder peso no está aprobado por las agencias reguladoras. De hecho, este jueves, las sociedades científicas de Cirugía de la Obesidad y de las Enfermedades Metabólicas (SECO en España, ASMBS en Estados Unidos e IFSO en el mundo) avisaron de que ninguna de ellas avala el tratamiento con inyección endoscópica de toxina botulínica para adelgazar.

Sergio Valdés, miembro del área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), explica que ni en España ni "en ningún país del mundo" está aprobado este uso de la toxina botulínica como tratamiento para perder peso a través de inyecciones intragástricas. "Hay que remarcar que es un tratamiento experimental. No se debe administrar a ningún paciente fuera del estricto marco de un ensayo clínico", subraya Valdés.

Con todo, el doctor agrega que en los estudios realizados hasta la fecha, "utilizando la dosis y la técnica adecuadas, no se han visto efectos adversos significativos ni graves, ni ningún caso de botulismo".

En España solo se podría acceder a este tratamiento para la obesidad que aún no está aprobado "si alguien se salta la ley", lo cual es "poco probable" para el portavoz de la SEEN.

No se debe administrar a ningún paciente fuera del marco de un ensayo clínico"

Su uso en España "ni siquiera ha llegado a compasivo", añade, al tiempo que recuerda que para aprobar un fármaco "debe haber demostrado previamente seguridad y eficacia en ensayos clínicos, y estar aprobado por las agencias reguladoras correspondientes".

Hasta el momento, la literatura científica sobre el uso de la toxina botulínica en inyecciones intragástricas para perder peso es "controvertida": "En general, parece que puede existir un efecto, aunque de escasa magnitud", continúa Valdés.

Este tratamiento busca, en palabras de Valdés, "reducir la motilidad gástrica, causando un retraso en el vaciamiento gástrico y una saciedad temprana. Esto puede implicar una potencial reducción en la ingesta y la pérdida de peso".

La toxina botulínica sí está autorizada en España para tratamientos estéticos o de migrañas crónicas, entre otros usos. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) recoge que "es una neurotoxina, elaborada por la bacteria Clostridium botulinum" indicada para el tratamiento de la distonía cervical (torticolis), para las arrugas en el entrecejo o en pacientes que han sufrido un accidente vascular cerebral (ictus) para la espasticidad del brazo y de la pierna, entre otros.

Cambiar el abordaje de la obesidad

Desde la SEEN desaconsejan "firmemente" el turismo sanitario "y específicamente el relacionado con la cirugía de la obesidad". También la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO). Andreea Ciudin Mihai, miembro de la junta directiva de la SEEDO y endocrina en el Hospital Vall d'Hebrón de Barcelona, entiende que las personas recurren a estos tratamientos fuera de la ley "por desesperación" en busca de "una solución a su enfermedad, que hasta ahora no se ha tratado correctamente".

Ciudin es autocrítica con el abordaje de la obesidad: "Siempre hemos considerado la obesidad como algo voluntario, de libre elección de estilo de vida, y solo se ha mandado a la gente comer menos y moverse más y esto no es correcto. Durante muchos años lo hemos hecho así y es muy difícil cambiar la mentalidad para empezar a tratarla correctamente".

La dieta no es todo sin un soporte psicológico y, si hace falta, con fármacos"

Las personas que sufren obesidad en España -un 25-26%, según los datos de SEEDO- tienen la posibilidad de someterse a otras intervenciones médicas efectivas y seguras aprobadas como son los tratamientos endoscópicos (como el balón gástrico) y quirúrgicos (como la cirugía bariátrica), pone como ejemplo Valdés.

El Sistema Nacional de Salud cubre solo el tratamiento de la cirugía bariátrica y cuando el índice de masa corporal es superior a 35, lo cual no abarca ni a un tercio de la población obesa española y tampoco es un tratamiento inocuo: "Prácticamente, lo que hacemos es convertir una enfermedad en otra porque una persona operada tiene una vida más medicalizada que antes, con más controles, suplementos vitamínicos de por vida, etcétera".

Tras la cirugía bariátrica, la sanidad pública realiza un mantenimiento con dietista "si tienes suerte" o con el médico de cabecera, que pautan una dieta al paciente. Pero la doctora Ciudiu apunta que "la dieta no es todo sin un soporte psicológico y, si hace falta, con fármacos" para la ansiedad, para el tejido graso, para estimular el metabolismo basal o inhibidores del hambre. Las causas de la obesidad son multifactoriales y diversas en cada persona, añade la endocrina a 20minutos.

Para tratar la obesidad, Ciudiu propone, en primer lugar, formación para cambiar la definición de la obesidad y que tanto sanitarios como pacientes "no culpabilicen" y entiendan que es "una enfermedad crónica y recurrente"; un plan nacional tanto de prevención como de tratamiento; y más herramientas, además de la cirugía, como "psicólogos para poder dar soporte de terapia conductual" e "incluyendo fármacos".

Evitar un efecto 'rebote' y mantener un peso saludable -advierte Valdés- "solo es posible si los cambios en estilo de vida o terapias que se utilicen son mantenidos en el tiempo. La recurrencia de la enfermedad es la norma si estos cambios o tratamientos se detienen".

Mientras se aclaran las causas del actual brote de botulismo, que el ECDC prevé que empeore con más casos, los expertos piden estar muy atentos a los síntomas, que pueden derivar de leves a mortales si no se tratan a tiempo. Estos pueden incluir desde dificultad para tragar o respirar hasta debilidad facial, visión borrosa, caída de los párpados, náuseas o dolor generalizado. Ante su aparición, el paciente debe informar enseguida que se ha sometido a uno de estos tratamientos.