Mica, la pasada semana, hablando a los alumnos de 3º de ESO del colegio San Agustín sobre los efectos negativos del alcohol y de otras sustancias nocivas.

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Mica sigue con su cruzada personal: Concienciar a los jóvenes respecto al peligro del consumo descontrolado del alcohol, y otras sustancias. Si con Las Ovejas de Mica ya rompió con las normas establecidas en su forma de dar terapia de tratamiento de alcoholismo, diferenciándose de los demás por su calidez y cercanía, y también gracias a ese eclecticismo que le caracteriza (mezcla de callejero, psicólogo y humanidad), Mica hace lo mismo en las charlas que da en colegios de Mallorca a la hora de sensibilizar, concienciar y prevenir.

Más de 150.000 oyentes

Desde que empezó hace 12 años a dar estas charlas, lleva visitados más de 40 colegios de Mallorca, sin recibir ningún tipo de subvención por ello, «es más –señala– más de una vez he tenido que poner dinero, lo cual he hecho con gusto». Y en el caso que hoy os traemos, charla en el Colegio San Agustín, de Palma, es ya la décima vez que acude a dicho centro. Y en esos 12 años de ir de colegio en colegio, sea público o privado, de Palma o de la Part Forana, sólo la pandemia le paró. Pero pasada esta, ha retomado la ruta.

En más de una década, lleva registrados –y lo decimos con cifras exactas ya que en cada charla que da, los tutores firman las actas en las que figuran los nombres de los asistentes, dejando en cada aula que visita un libro suyo, además firmado– más de 150.000 alumnos. Y sus charlas, que son completísimas, las da de forma completa, y solo movido por el altruismo que le caracteriza. Y lo hace gratuitamente, porque jamás ha cobrado, según nos cuenta, «aunque, más de una vez, los colegios que he visitado han tenido un detalle para nuestra Asociación».

Sociedad hipócrita

Mica, como decimos, la pasada semana estuvo en el Colegio San Agustín, con los alumnos de 3º de ESO, hablándoles de tú a tú del consumo sin control de alcohol, y de otras sustancias, y de sus consecuencias. Finalizada la charla, al hacerle la pregunta, digamos que obligada, referente a si los jóvenes de hoy beben mucho, Mica responde con que «en los tiempos que corren, el problema es grave, y no sólo de alcohol, sino también a causa del cannabis y otras sustancias». Y en cuanto a los problemas derivados de este consumo descontrolado, lo deja también muy claro: «Las drogas, incluido el alcohol, potencian, inducen y desencadenan otros trastornos mentales, englobados en lo que se denomina patología dual, que socialmente marca el devenir de la posible, o no, potencialidad afectiva, cognitiva y conductual en el futuro del adolescente. Pero lo peor es que pertenecemos a una sociedad hipócrita, para la que el alcohol es legal, social, tradicional e incluso cultural. Que sí, que puede que en parte sea así, siempre que el consumo sea moderado, que cuando no lo es…    Que cuando se abusa de él a diario, sin ningún control, se convierte en un infierno, no solo para quien lo consume, sino también para su entorno, familia, amigos, trabajo… ¿Que estoy exagerando? Que pregunten a padres, hermanos o familiares de quienes han sido atrapados por el alcohol –nos propone Mica entre la seriedad y la tristeza–. Que les pregunten… Sí –insiste–, pregúntenles sobre las consecuencias del consumo de alcohol descontrolado».

El aprendizaje vicario

Tras una breve reflexión, añade: «Sin embargo, la culpa no es sólo de los jóvenes, sino que también la tienen sus mayores. Sí, porque el ejemplo que, a veces, dan muchos padres, consumiendo alcohol de forma desmesurada, no es el adecuado, por lo que, por muchas charlas de orientación que se den en los colegios, sobre el consumo desmesurado de alcohol, sean de tutores, profesores, psicólogos, etc., el denominado aprendizaje vicario, o aprender por imitación, o por lo que ven, no es bueno para los hijos, cosa que no ocurre cuando ven en casa que beber es sano si se hace con responsabilidad».

Mica no ha acudido al colegio solo. Le acompañaba Tano Noguera, relaciones públicas y director de audiovisuales. Y lo ha hecho para dar su testimonio como alcohólico, el cual ha calado profundamente en los alumnos, que como no podía ser de otro modo, «han mostrado un comportamiento ejemplar, escuchando con atención y haciendo las preguntas que creyeron convenientes, lo cual significa que ha sido una mañana didáctica y enriquecedora». Por último, Mica quiere dar las gracias a Pedro Gordo, director del colegio, a las tutoras, Soraya y Cristina, y a Diana, orientadora, por el poyo y colaboración que han tenido de su parte.