Relevo en la Iglesia Católica

El sobrino del papa Francisco se despedirá de su tío gracias a la solidaridad de una empresaria: «Me partió el alma»

Mauro Bergoglio ha logrado viajar a Roma gracias a la solidaridad de una empresaria argentina de turismo que costeó los pasajes

Mauro Bergoglio, sobrino del papa Francisco, durante una entrevista de televisión.

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Mauro Bergoglio, sobrino del Papa Francisco, ha conseguido viajar a Roma para dar el último adiós al Pontífice gracias a la generosidad de una empresaria argentina del sector turístico, quien decidió costear los billetes de avión para él y su esposa. La noticia se ha conocido después de que Bergoglio expresara en el programa televisivo de Luis Novaresio, en el canal A24, sus dificultades para desplazarse a la Ciudad Eterna: «Estoy tratando de viajar. No se puede».

El testimonio de Mauro Bergoglio causó una profunda impresión en Rita Mattiello, propietaria de una agencia de turismo, quien no dudó en ofrecer su ayuda para financiar el desplazamiento. «Me partió el alma escuchar que no podía viajar. Lo vi desamparado», declaró la empresaria, quien inicialmente consideró su gesto como una muestra de generosidad hacia el Papa, aunque posteriormente lo interpretó como un acto de fe. «Si uno puede hacer negocios, ¿cómo no ayudar en ciertos casos?», añadió Mattiello, quien dejó un mensaje en la cuenta de Instagram del periodista explicando su intención de sufragar el viaje del sobrino del Pontífice.

El proceso para organizar el viaje se desarrolló con extraordinaria rapidez. Mientras Mattiello se encargaba de adquirir los billetes, el equipo de producción del programa televisivo gestionó con las autoridades la emisión urgente de los pasaportes y coordinó el alojamiento en la parroquia argentina de Roma, debido a la elevada ocupación hotelera en la capital italiana durante estos días.

A las 19:00 horas del pasado lunes, un vehículo recogió a la pareja en su domicilio de Buenos Aires para trasladarla al aeropuerto internacional de Ezeiza, donde embarcaron a las 22:30 horas en un vuelo con destino a Roma. «Pudimos organizar todo en siete horas», comentó Mattiello, subrayando la rapidez con la que se resolvieron todos los trámites necesarios para hacer posible el viaje.

Durante la entrevista televisiva, Mauro Bergoglio recordó a su tío como una persona entregada a los demás que «ayudó al prójimo» y que «siempre estuvo presente» a pesar de la distancia y de sus numerosas ocupaciones. El sobrino del Pontífice destacó especialmente el sentido del humor del Papa: «Era muy divertido», comentó, ofreciendo una faceta más personal y cercana del líder de la Iglesia Católica.

Desde la llegada de Francisco al Vaticano, tío y sobrino han mantenido el contacto principalmente a través del correo electrónico y conversaciones telefónicas, adaptándose a las circunstancias y responsabilidades del cargo papal. Esta comunicación ha permitido mantener los vínculos familiares a pesar de la distancia geográfica y las exigencias del ministerio petrino.

Respecto a la controvertida decisión de Francisco de no visitar Argentina durante sus doce años de papado, su sobrino mostró comprensión, señalando que «tuvo sus razones y es aceptable», sin entrar en más detalles sobre los motivos que han llevado al Pontífice a no regresar a su país natal desde que fue elegido para ocupar la Silla de Pedro en marzo de 2013.

El caso de Mauro Bergoglio y su esposa ilustra la complejidad logística que puede suponer organizar un viaje de urgencia al Vaticano, especialmente en momentos de gran afluencia de visitantes. En situaciones normales, los visitantes a la Ciudad del Vaticano deben planificar con antelación su viaje, considerando aspectos como la reserva de alojamiento, la adquisición de entradas para los museos vaticanos o la asistencia a audiencias papales.

Para casos excepcionales como el descrito en esta noticia, es fundamental contar con apoyo para gestionar rápidamente trámites como la emisión de documentos de viaje, la obtención de billetes de avión (que pueden tener costes elevados en reservas de última hora) y la búsqueda de alojamiento, especialmente compleja en temporadas de alta ocupación en Roma.

La colaboración entre particulares, como la empresaria Mattiello, e instituciones, como la parroquia argentina en Roma, ha sido clave para resolver estos obstáculos en un tiempo récord y permitir que el sobrino del Papa pudiera desplazarse para estar presente en un momento tan significativo.