La investigación de la ganadora del premio, que en realidad otorga la Unidad de Coordinación contra la Violencia sobre la Mujer, adscrita a la Delegación del Gobierno, concluye que es necesario un cambio de perspectiva en el mundo académico, que implica, entre otros aspectos, la incorporación de formación del profesorado en materia de igualdad y cambios en los planes de estudios, para lo que es necesaria la presión de los alumnos.
La autora sostiene que «no es realista afrontar todo un recorrido universitario sin contar con la perspectiva de género» y defiende que incluir la historia de las mujeres es fundamental para comprender el pasado y el presente de la Humanidad. En este sentido, el trabajo premiado revela que el análisis de la prostitución y la explotación sexual contados desde la perspectiva de las mujeres permite identificar patrones históricos y desarrollar enfoques más inclusivos y efectivos para abordar determinados desafíos, entre ellos el hecho de que estas prácticas están muy asociadas a la desigualdad de género, pero también a la pobreza y la vulnerabilidad social.
]]>Los diferentes escenarios obedecen a la capacidad que tendrá el ser humano de mitigar los efectos del cambio climático. Otra proyección de la NASA, pero que la propia agencia norteamericana considera de poca confianza, apuntaría hasta 0,87 metros de aumento del nivel del mar en las Islas en el mismo horizonte del año 2100.
Las proyecciones de la NASA toman como base el período de referencia 1995-2014.
Damià Gomis, catedrático de Física de la Terra y director del Laboratori Interdisciplinari sobre Canvi Climàtic de la UIB, declaró en días pasados a este periódico que «el cambio climático incide y refuerza todas las amenazas anteriores: el incremento de la temperatura, el estrés hídrico de las plantas, la irrupción de nuevos patógenos y el aumento del nivel del mar, entre otras. La tendencia actual da miedo. Ya llevamos un incremento de más de un grado en la temperatura media. Y entre el siglo XX y lo que llevamos del XXI, el nivel del mar ya ha subido más de 20 centímetros en Baleares, con un ritmo actual de 3 milímetros anuales. Si en 2100 hemos incrementado la temperatura media en más de 2 grados, habremos llegado a puntos de no retorno».
Por su parte, Miguel Agulles, investigador del Institut Mediterrani d’Estudis Avançats (Imedea), se ha doctorado en la UIB con la tesis Amenazas costeras bajo el cambio climático. El caso de las Islas Baleares (original en inglés).
La tesis doctoral de Agulles se refiere al papel de la posidonia para frenar la inundación de las playas de Baleares, cuantificando esa reducción, a nivel general, en un 40 %.
Según Agulles, «ante un promedio del aumento del nivel del mar de 70 centímetros a finales de siglo, la pérdida de toda la posidonia supondría una cota de inundación de nuestras playas de un metro y medio en eventos de temporal. La mitad sería atribuible al aumento del nivel del mar y la otra mitad, a la ausencia de posidonia. En el peor de los escenarios, una playa natural de pendiente media en Baleares experimentaría unos 40-45 metros de retroceso en un evento extremo. Con la posidonia actual, el retroceso de la costa sería de unos 10 metros de manera permanente en condiciones medias, llegando hasta los 23 metros en temporales esporádicos».
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