Antoni Costa junto a Stela González, brindando en Can Rich por el éxito de su vino espumoso. | ARCHIVO

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Los caldos ibicencos están alcanzado un importante prestigio a nivel nacional e internacional gracias al mimo con que cuidan sus cultivos empresas como Bodegas Can Rich. Situada entre Sant Antoni y Buscastell, se trata de la mayor cava de la isla, con una producción anual que en la actualidad ronda los 90.000 kilos de una uva pequeña pero de exquisita calidad. La falta de lluvias y un clima cada vez más cálido están reduciendo las cosechas –este año se han recogido 65.000 kilos de uva– a costa de un fruto con más concentración de azúcar y aromas que confieren a sus caldos un sabor genuino.

Esta empresa es una apuesta de la familia Riera, que ha confiado al enólogo Antoni Costa, propietario de la bodega Can Maymó, todo el cultivo de la finca, así como el proceso de vinificación y de elaboración de aceite de oliva. La agricultura que se realiza en esta plantación sigue criterios 100% ecológicos, un hecho que también resulta insólito en la mayor de las Pitiüses.

Los encargados de la finca recuerdan que los fenicios instauraron la cultura vinícola en la isla, "por ello los vinos elaborados en Can Rich quieren rendir homenaje a los primeros hombres y mujeres que surcaron las tierras de la entonces conocida como Ebusus".

En Can Rich de Buscastell han perseguido desde sus inicios unir la agricultura ecológica, la modernidad y la tradición, con el objetivo principal de que sus vinos "reflejen la singularidad de las tierras y el clima de Eivissa". Sus máximos responsables, el propio Toni Costa y Stela González, elaboran además de excelentes vinos aceite de oliva ecológico, vinagre balsámico, sales y licores, entre otros productos.

Can Rich de Buscastell se fundó en 1997 e inició su actividad vitivinícola con la plantación de 21 hectáreas de viñedos, eligiendo las variedades tradicionales como el monastrell y la malvasía para acceder al mercado. Con el objetivo de mejorar los vinos elaborados en la isla se incorporaron variedades como chardonnay para vinos blancos y cabernet sauvignon, tempranillo, merlot y syrah para vinos tintos y rosados. En 1999 se construyó la bodega de Can Rich, donde se incorporaron las nuevas técnicas de elaboración, prensas neumáticas, depósitos de acero inoxidable para fermentación y maceración a temperatura controlada y planta embotelladora de última generación. Con estas técnicas y aplicando la normativa de la agricultura ecológica "intentamos que el trabajo realizado en los viñedos y en nuestra bodega quede reflejado en la calidad de nuestros vinos", sostienen sus rectores.

Para los vinos de crianza, Can Rich dispone de una bodega subterránea donde la humedad y la temperatura permiten una crianza lenta y prolongada en barricas de roble americano y francés.

Can Rich, con una plantilla de entre siete y nueve profesionales (durante el periodo de vendimia), incorporó en 2007 otras cuatro hectáreas más con 3.000 olivos ubicados en el Parque Natural de ses Salines.

Can Rich obtuvo su primera cosecha en 2000 y desde entonces aplica la tecnología más avanzada tanto en cultivo como en elaboración del vino, con el objetivo de obtener un producto de alta calidad a precios competitivos. La bodega tiene capacidad para albergar 140.000 litros y sus propietarios han lanzado también dos variedades de espumosos y un licor de hierbas ibicencas, elaborado con maceración de distintas especies vegetales de los bosques ibicencos en una base de anís, en lugar de usar la destilación. Can Rich exporta ya cantidades importantes a Alemania y es muy frecuente encontrar sus vinos en los restaurantes pitiusos.

VARIEDADES. La finca posee un total de 40 hectáreas (20 de vid y 20 de olivo) y en ella se cultivan las variedades blancas de malvasía y chardonnay, y tintas de monastrell, tempranillo, merlot, cabernet sauvignon y syrah. El mantenimiento de esta finca se basa en una completa labor preventiva de cuidado de las vides y de los olivos, con el fin de evitar el uso de herbicidas, pesticidas y abonos químicos.

El 70% de sus ventas se quedan en el mercado ibicenco, el 10% en la Península y el 20% restante, en exportaciones a Alemania, Austria, Bélgica, Holanda, Suiza, Italia, Suiza y Japón. Exportan sobre todo a través de sus distribuidoras y, en menor medida, por internet.

RECONOCIMIENTO. Los productos de Bodegas Can Rich han conquistado más de una docena de reconocimientos nacionales e internacionales. Recientemente, siete vinos de la bodega ibicenca fueron premiados en la última edición del Golden Leaf Awards, un certamen al que finalmente se presentaron 340 vinos ecológicos de cien bodegas de diferentes denominaciones de origen (DO). Este concurso, creado en 2013 y cuya última edición se celebró en Barcelona a finales del pasado mes de mayo, "es el resultado de la evaluación por cata a ciegas, con la colaboración de 25 sumilleres y enólogos, de 1.200 vinos ecológicos procedentes de 400 bodegas pertenecientes a 34 denominaciones de origen y seis indicaciones geográficas de calidad Vinos de la Tierra", se especifica en la página web oficial de este certamen, uno de los más importantes en España para productos vitivinícolas producidos con métodos ecológicos.

Los vinos ibicencos premiados fueron el tinto Selección 2012, con el Golden Leaf; el tinto Lausos 2012, el blanco 2015, el rosado 2015, el tinto Yviça y el Brut Nature Rosado, con el galardón Silver Leaf. Finalmente, el Extra Brut Rosfoc recibió el Bronce Leaf.

Durante el pasado mes de septiembre, Bodegas Can Rich recibió el premio a la Empresa Revelación de los Premis PIMEEF (Pequeña y Mediana Empresa de Eivissa y Formentera) 2016 "por la ampliación de su gama de productos y por la constante defensa del producto local ibicenco en todos los niveles".

ACTUALIDAD. Por primera vez, el cultivo de la vid se ha visto afectado por la plaga del mosquito verde, un insecto que desova en los nervios de las hojas provocando que se sequen y que el fruto no madure de forma correcta. "Hemos sufrido la plaga del hongo oidio, muy propenso en este cultivo, y la del mosquito verde. No lo habíamos visto nunca, es muy pequeño y lo hemos cogido tarde", subraya Joan Riera, propietario y fundador de las bodegas.

Esta nueva plaga ya apareció hace tres años en Palma y con insecticidas ecológicos han conseguido atajar sus efectos en Can Rich. "Salvando las dificultades y con el 'tratamiento de la aspirina', como yo lo llamo, creo que tendremos una buena cosecha", indica el propietario de las bodegas del Camí de sa Vorera de Sant Antoni.

De cara al año que viene, Riera cruza los dedos para que el invierno no sea demasiado cálido, lo cual supone un caldo de cultivo para la aparición de hongos e insectos. Para adelantarse a los parásitos que amenazan sus viñedos, en Can Rich emplearán tratamientos preventivos y ecológicos, los mismos que han permitido a esta bodega ibicenca hacerse, desde 2001, con importantes premios a nivel nacional e internacional. La compañía consiguió en 2015 aumentar su facturación entre un 12 y un 13%, y el objetivo a medio plazo pasan por mantener sus estándares de calidad y abrirse a nuevos mercados internacionales.