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Durante las últimas semanas se han tratado en esta sección soportes y resistencias de bolsas internacionales. El objetivo de invertir en este tipo de activos es buscar una diversificación que permita reducir los riesgos de una caída de un mercado en concreto, para los inversores españoles la bolsa española, y además buscar las rentabilidades superiores que obtengan otros.

Muchos pequeños inversores españoles que se deciden a invertir en bolsa buscan acciones de nuestra bolsa en parte porque las consideran fuertes, conocen su negocio e incluso las idolatran (empresarialmente hablando). Este ha sido uno de los principales motivos por los que la mayoría ha perdido dinero en los últimos años mientras las bolsas mundiales han ido subiendo.

Habrá lectores que ahora piensen que es imposible comprar una acción de Japón, de Estados Unidos o de Suecia, en base a tres falsas creencias: es más difícil, es más caro y es imposible controlar empresas "desconocidas". Realmente es fácil desmontar estos tres argumentos: la tecnología nos permite comprar renta variable de todo el mundo de forma idéntica a la que se compra la española, los precios son similares y tampoco conocen las empresas españolas con la suficiente profundidad como para invertir en ellas.

Todavía se simplifica más esta operativa utilizando fondos de inversión: buscar los activos que mejoren la rentabilidad de las bolsas donde se quiere invertir. Realmente la mayoría no lo logran, pero encontrar los que sí lo hacen da una rentabilidad extra muy jugosa, con una fiscalidad muy óptima.

Es más sencillo hacerlo vía ETF (Fondos de Inversión Cotizados por sus siglas en inglés) que replican un índice; por ejemplo un ETF del IBEX subirá o bajará igual que lo hace el selectivo español. Es muy ágil, no hay que buscar mucho, aunque fiscalmente es algo peor que vía fondos "convencionales".