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A pesar de haber pasado ya los años de crecimiento a dos dígitos, la actividad aeroportuaria se ha seguido incrementando a un ritmo más moderado este año 2018, pero manteniendo cifras récord. El número de pasajeros y aeronaves que han pasado por el aeropuerto ha aumentado mes a mes, a excepción del mes abril debido al efecto puntual de Semana Santa.

Esta es la foto de la actividad aeroportuaria a día de hoy que me permite iniciar una reflexión sobre la relación entre el crecimiento del número de pasajeros en el aeropuerto con el número de turistas en la isla y que nos permitirá hacer una valoración objetiva de estas cifras.

Somos el aeropuerto más estacional del mundo entre los aeropuertos de más de 20 millones de pasajeros anuales. Los pasados meses de julio y agosto superamos los 4,2 millones de pasajeros, siendo los sábados el día punta al alcanzar la cifra de 167.000 pasajeros en un solo día, frente a los miércoles como días valle, cuando llegamos a los 130.000.

Para valorar si disponemos de la capacidad aeroportuaria para dar servicio a la isla, nos planteamos si se puede crecer más los meses punta y llegamos a la conclusión de que sí; decir lo contrario sería faltar a la verdad, puesto que todavía existen días y horas valle por debajo de la capacidad que tiene la infraestructura.

Esto lo demuestra el hecho de que la capacidad declarada del aeropuerto, de 33 llegadas a la hora, se mantiene inalterable desde hace muchos años y aun así el tráfico del aeródromo se ha ido incrementando considerablemente en los últimos tiempos. Consideramos que el fin de nuestra infraestructura es dar respuesta a las necesidades de la sociedad y del tejido económico-social de la isla, prestando el servicio adecuado y aportando la capacidad necesaria en cada momento, con los más altos estándares de seguridad, calidad y siempre de la mano del destino.

Habiendo llegado a la conclusión de que el aeropuerto está preparado para dar respuesta al tráfico actual y a posibles demandas futuras, podemos pasar a analizar los motivos del crecimiento de tráfico de los últimos años. Uno de los principales ha sido el desvío de turistas desde destinos competidores que estaban lastrados por tensiones sociopolíticas como Egipto, Túnez o Turquía, entre otros.

Además hay otro factor con una incidencia muy directa en el incremento de la actividad aeroportuaria: la disminución progresiva de la estancia media. Vemos la importancia que tiene este factor cuando valoramos que la reducción de solo un día de la estancia media, por ejemplo pasar de seis a cinco días supone necesariamente que el tráfico de pasajeros por las instalaciones aeroportuarias se incremente un 20%.

Esto nos permite concluir que para igualar la actividad turística con un descenso de estancia media, necesitamos un incremento considerable de la actividad aeroportuaria, de ahí la importancia de que el aeropuerto esté preparado para aportar esta capacidad en cada momento adaptándose a las fluctuaciones de todos los factores externos que puedan surgir en un momento determinado.

Finalizando la reflexión, vemos que el número de pasajeros que transitan por el aeropuerto no reflejan de manera directa e inequívoca el nivel real de la actividad turística, ya que a pesar de que el número de pasajeros es mayor, las pernoctaciones que se generan de esta actividad aeroportuaria es inferior a la de años anteriores. Así pues, el parámetro que refleja mejor la actividad turística es el número de pernoctaciones y no únicamente el valor absoluto de pasajeros que transitan por nuestro aeropuerto.