Cati Mingorance, promotora del proyecto Gelat Rural, junto a una de las vacas rojas menorquinas.

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Se comercializa con el nombre de Gelat Rural RM y su peculiaridad está en su ingrediente principal, ya que la leche que utiliza para su elaboración proviene de vaca roja menorquina que, además, está alimentada con piensos libres de transgénicos que pastan por su propia finca. Son helados con sabor al campo de Menorca en una apuesta familiar impulsada por Cati Mingorance y su marido Tomeu Ramon, encargados de la explotación agrícola de la Finca Alpútzer Vell, en la zona conocida como Ca la Pilar.

Su proyecto ha nacido con el objetivo de diversificar la producción de carne y forraje que llevaban en la finca, contribuyendo a una transformación de un producto de larga tradición como la leche, para que aporte valor añadido al campo.

LANZAMIENTO. El inicio de su comercialización arrancó este verano, pero la idea se gestó mucho antes, cuando estos dos jóvenes agricultores llegaron a la finca de Alpútzer Vell en 2014. Hasta entonces habían estado en la finca de Son Bernat y también habían trabajado otras tierras cercanas a la zona. “Teníamos la idea de hacer un producto distinto. Casi todo el mundo hace queso en Menorca porque la leche ha perdido su valor. Nosotros habíamos ordeñado vaca frisona y vaca de raza roja menorquina para Coinga hasta que decidimos apostar por la cría de terneros, el forraje y el grano”, explica Cati Mingorance, promotora del proyecto. Fue con esta idea de sacarle partido a la leche que pensaron en hacer helados con las vacas más lecheras.

Una de las primeras decisiones fue formarse y por ello Cati siguió un programa de capacitación profesional en Málaga y Madrid, del que pudo aprender las diferentes técnicas de elaboración. En paralelo, inició un periodo de experimentación, en un obrador heladero que acondicionaron en la propia finca.

“Invertimos en una mantecadora y una pasteurizadora profesionales, dos máquinas imprescindibles para hacer helados. Luego nos hicimos también con maquinaria de congelación para la conservación”, detalla. Tras trabajar en una imagen gráfica y dar nombre a su proyecto con las iniciales de sus apellidos, este verano iniciaron la comercialización en la propia finca y en varios comercios de Ciutadella.

SABORES. Esta temporada han empezado con ocho sabores distintos: limón, coco, fresa, yogur, vainilla, avellana, chocolate y menta con chocolate, así como también con un sorbete de limón.

De momento han decidido envasar en recipientes y botes de 135 ml, de 520 ml o de 2,5 litros, pensando también en restaurantes, con los que ya han conseguido introducirse en algunos establecimientos de es Mercadal, Ferreries y Ciutadella. “La acogida es buena y, de hecho, hemos tenido la grata sorpresa de tener que producir helado para estos días de Navidad, ya que nos han hecho encargos para comidas y cenas, e incluso para algún bautizo”, añade.

Precisamente este diciembre han añadido el sabor de turrón de Jijona, avellana, chocolate y crujiente de galleta. Les gustaría lanzar una línea de helados salados y ya han hecho algunas pruebas con sobrasada e incluso cacahuetes. “Estamos francamente ilusionados por cómo está avanzando el proyecto en tan poco tiempo”, comenta Cati Mingorance.

En noviembre les invitaron desde el Consell Insular de Menorca a participar en unas sesiones de marketing para pequeños productores que impulsaba el área de Promoción Económica a través de su Departamento de Made In Menorca. También les han pedido que asistan a la próxima edición de la Fira Arrels como expositores. El objetivo es consolidarse y ampliar la distribución por toda Menorca.