La gastronomía local es uno de los elementos transversales para promocionar un destino como Menorca a nivel internacional.

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Menorca trabaja de manera intensa para postularse como Región Europea de la Gastronomía en 2022, un título que responde a la iniciativa de una plataforma de regiones europeas que promueve el Instituto Internacional de Gastronomía, Cultura, Artes y Turismo (IGCAT), y que pretende estimular, recopilar y difundir el conocimiento para contribuir a una mejor calidad de vida en las regiones europeas mediante la promoción de las culturas alimentarias y el estímulo de la innovación gastronómica.

La candidatura deberá presentarse el próximo mes de septiembre con el planteamiento de un sólido programa de acontecimientos y colaboraciones previsto para todo un año, que contribuya a lograr visibilidad, viabilidad, cohesión social y sostenibilidad, tal y como establecen sus bases. El impulsor y coordinador de la candidatura es el promotor cultural Jaume Gomila Saura, que cuenta con el aval del Consell Insular de Menorca así como el apoyo de las entidades menorquinas PIME, CAEB y Ashome, la Escuela de Turismo Felipe Moreno o instituciones gastronómicas como Fra Roger, entre otras.

EFECTOS COLATERALES. El reconocimiento como región europea de la gastronomía implicará no solo un aumento inmediato de la visibilidad local e internacional de Menorca durante los 365 días de su mandato sino que supondrá un impacto directo en el comercio, la industria local, la hostelería, la agricultura y el turismo, tal y como explica Jaume Gomila. Este promotor cultural estuvo en noviembre de 2018 en la localidad irlandesa de Galway para defender la conveniencia de la isla como candidata a presentar su candidatura este 2019 y pudo comprobar los beneficios que obtuvo esta región tras haber sido elegida.
“Es un proyecto muy ambicioso que trasciende de lo puramente gastronómico porque también persigue un segundo propósito de vincular transversalmente a toda la sociedad a través de la relación que existen con la salud, la educación, las artes o la cultura”, detalla. “El hecho de ser región gastronómica obliga al desarrollo de programas que contribuyan también a la sostenibilidad y el medio ambiente para mejorar aspectos concretos como la lucha por la eliminación del plástico en la alimentación o incluso, la protección de las abejas”, añade Gomila.

“La preparación del libro de candidatura que tenemos que entregar en septiembre al Comité Evaluador para defender las opciones de Menorca será el resultado del diálogo entre los sectores público, privado, asociativo y académico para formularla de acuerdo los parámetros que se piden y, por lo tanto, contribuirá también a una mejor cohesión en nuestra isla”, comenta el promotor.

En este sentido, la región que es escogida debe preparar actividades durante su mandato que la conducirán, entre otras cuestiones, a entregar el Premio al Mejor Joven Chef Europeo para que defienda una receta tradicional a ojos de un jurado internacional, un Premio a la Mejor Experiencia Gastronómica o a recibir la visita de todas las delegaciones europeas que anteriormente hayan tenido la capitalidad.

“Es una iniciativa que cuenta con el apoyo del Comité Europeo de las Regiones y una vez tengamos la certeza de que somos la región escogida, deberemos trabajar en atraer financiación pública y privada para hacer posible el programa, como si estuviéramos hablando de unas olimpiadas”, detalla Jaume Gomila.

Si se logra su objetivo, Menorca entraría a formar parte de las regiones que ya lo han sido como Aarhus, en Dinamarca; la Lombardía oriental, en Italia; North Brabans, en Países Bajos; Sibiu, en Transilvania, o Kuopio, en Finlandia, que lo será en 2020.