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Se acercan las elecciones autonómicas, estatales y europeas. Los partidos políticos ya han presentado sus programas electorales o están en campaña. Estos días se tratan multitud de propuestas y debates sobre temas fundamentales: pensiones, reformas laborales, bajadas de impuestos, igualdad…, pero, ¿y si les preguntásemos qué modelo de empresa defienden?

Imagino que, salvo alguna excepción, la respuesta sería: empresas competitivas, innovadoras, sostenibles, socialmente responsables, que combinan la rentabilidad económica con la cohesión social…; empresas de futuro que trabajen para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que plantea la Agenda 2030.

Es aquí donde entramos las cooperativas como modelos empresariales claves en el logro del cumplimiento de los ODS. Es innegable la influencia del cooperativismo en el momento actual ante este tema. En los últimos años, existe una inquietud por incorporar los 17 objetivos a las empresas. Las empresas cooperativas tenemos mucha experiencia en ese tema. Son retos muy importantes para todos los gobiernos y las cooperativas pueden desempeñar un papel decisivo para el desarrollo sostenible.

Debe hacerse notar la potencialidad que tiene el sector cooperativo para la creación de empresas y empleos en el momento actual. Son, además, empleos estables, donde prevalece la igualdad de oportunidades, sin brecha salarial, con conciliación laboral y familiar, donde se fomenta y estimula la carrera profesional de las personas y se les anima a crecer laboralmente y donde la Responsabilidad Social Empresarial es una realidad.

Ahora que se está debatiendo intensamente sobre el futuro del empleo, sobre si los modelos empresariales tradicionales sirven para enfrentarnos al futuro, y se está produciendo un cambio de paradigma empresarial, debe potenciarse el cooperativismo de trabajo, que representa un modelo de empresa donde la persona es el valor central.

La participación de los trabajadores y la aplicación de los principios y valores cooperativos, quizás, puede suponer el modelo de futuro que se está buscando. El cooperativismo es una referencia real y palpable que demuestra sus excelentes resultados en el día a día.
Hacer empresa es construir una comunidad que necesita los beneficios para subsistir, pero no a cualquier precio: va más allá de la cuenta de resultados; no todo vale. No es lo mismo ganar dinero que hacer empresa.

La diferencia está en el valor que se les otorga a las personas. Los trabajadores y trabajadoras deben estar en el centro de la empresa, pues son la base de los proyectos, los que le dan consistencia y perdurabilidad: el mayor activo que puede tener una empresa. Las empresas se hacen con personas. Las personas que hacen empresas crean cooperativas.