Las variedades callet y manto negro son autóctonas. | Miquel Torres

TW
0

El Proyecto Vitivinis, liderado por la empresa Franja Roja, de Bodegas José Luis Ferrer, ha estudiado durante tres años el impacto de nuevas tecnologías en el sector vitivinícola para mejorar la gestión de los viñedos y conseguir un vino de mayor calidad. En este estudio han participado diferentes empresas tecnológicas del sector agroalimentario y organismos públicos, entre los que se encuentra el equipo de investigación en viticultura de la Universitat de les Illes Balears (UIB), liderado por el profesor de Biología José Mariano Escalona.

Este servicio forma parte del catálogo de tecnologías al servicio de la empresa que gestiona la Oficina de Transferència de Resultats d’Investigació (OTRI) de la Fundació Universitat-Empresa de les Illes Balears (FUEIB).

Tal y como explica el Dr. Escalona, Franja Roja ha sido la primera empresa del sector vitivinícola de Balears que ha conseguido un proyecto de innovación y desarrollo tecnológico financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades. Se ha desarrollado durante tres años y finalizó en 2018.

“El objetivo se centra en la mejora de la gestión integral del viñedo con el fin de mejorar la calidad de las variedades autóctonas mallorquinas tintas -manto negro y callet- y blancas -premsal blanc-, base de la viticultura diferenciada de la DO Binissalem. Para ello se han implementado nuevas tecnologías basadas en medidas fisiológicas, sensorización, aplicaciones web e imágenes de satélite para el seguimiento del estado hídrico y nutricional del cultivo, así como del crecimiento y potencial de las cepas”, indica.

RESULTADOS. A partir de esta información, añade, se puede mejorar el procedimiento del riego, los aportes nutricionales y la fertilización, el ajuste de la carga -la cantidad de uva que se deja en cada cepa- y la vegetación, sobre todo para las podas en verde. Se ha podido saber la respuesta diferenciada que debe darse a cada variedad local y se ha podido implementar un sistema automático de alarmas que ayuda en la toma de decisiones del viticultor.

También han podido constatar que para las variedades callet y manto negro es necesario ajustar muy bien las dosis de riego, ya que un exceso afecta negativamente a la calidad.

José Luis Roses, propietario de Bodegas José Luis Ferrer, explica que está muy satisfecho por el proyecto: “Creo que es muy importante la I+D+i en el sector agroalimentario. Colaboramos con diferentes entidades de fuera de Balears y con la UIB, dentro del CDTI, porque con el cambio climático nos resulta interesante estudiar las variedades autóctonas, que son las que más están adaptadas a nuestras condiciones, y hacer una gestión óptima de los recursos hídricos”, comenta.

El objetivo último es mejorar la calidad de la uva y el vino de la DO Binissalem y de Mallorca.