Carlos Fernández, director de gestión de la cartera de préstamos de BBVA; Juan de la Hera, director de Corporate Finance de Meliá Hotels; José María Mayans, director financiero de Grupo Piñero; Gabriel Abraham, vicepresidente de Hipotels; Jaume Nebot, CEO de Protur, y Miguel Calvo, director de préstamos corporativos de BBVA.

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La sostenibilidad es una preocupación de primera magnitud para las empresas. Además de mejorar los ingresos o el retorno de la inversión, los empresarios tienen que tener en cuenta el impacto de su actividad sobre el medio ambiente y aplicar una política de Responsabilidad Social Corporativa que incluye también el entorno social y la gobernanza. Conscientes de ello, BBVA ha sido una de las entidades más innovadoras en financiación sostenible a nivel europeo y ha asumido el compromiso de movilizar 100.000 millones de euros hasta 2025 a favor del desarrollo sostenible y contra el cambio climático.

Los expertos de BBVA Carlos Fernández, director de gestión de la cartera de préstamos de BBVA, y Miguel Calvo, director de préstamos corporativos de BBVA, se desplazaron a Palma para compartir su visión sobre sostenibilidad y financiación verde con directivos de compañías hoteleras mallorquinas en un encuentro organizado por El Económico y BBVA. Dejaron claro que la lucha contra el cambio climático “no es una moda” y se puso de manifiesto que la apuesta por la sostenibilidad es rentable para las empresas.

También estuvieron presentes en la comida, que tuvo lugar en el restaurante Ca n’Eduardo de Palma, Olga Eguilior, responsable de Clientes Globales BBVA España, y Martín Intrigliolo, director de Empresas de BBVA en Palma. El sector hotelero estuvo representado por Juan de la Hera, director de Corporate Finance de Meliá Hotels International; José María Mayans, director financiero de Grupo Piñero; Gabriel Abraham, vicepresidente de Hipotels; y Jaume Nebot, CEO de Protur. Asimismo, del Grup Serra asistieron al acto Paula Serra, directora general de Medios Audiovisuales y editora de El Económico; Pedro Rullan, consejero delegado; Pep Verger, director de El Económico; y José Antonio Quiroga, delegado comercial en Madrid.

Financiación bancaria sostenible BBVA

“En BBVA tenemos un compromiso muy serio con la sostenibilidad, y el mensaje va más allá del banco. Estamos tratando de dar soluciones a los clientes que van más allá de la pura financiación para ayudarles en ese desarrollo”, indicó Carlos Fernández, quien expuso las cinco grandes tendencias que van a cambiar el mundo: “En primer lugar, el cambio geoestratégico. Antes las decisiones se tomaban en Europa. Luego el poder giró hacia Estados Unidos, y en breve China va a ser el mayor decisor del mundo. De hecho, de todo el cobre que se produce en el mundo, China consume el 50%. En segundo lugar, los procesos de globalización y el crecimiento de las ciudades. En tercer lugar, el cambio demográfico. La sociedad está cada vez más envejecida. Desde la perspectiva de un banco, esto significa menor demanda de crédito. Otra tendencia es el cambio tecnológico, que está cambiando toda la economía. Y finalmente, el cambio climático, que ofrece retos y oportunidades. Bien estudiado, el cambio climático ofrece muchas posibilidades de encontrar algo que te diferencie de la competencia y es un cambio de perspectiva que el consumidor pide a las empresas”, resumió el director de gestión de la cartera de préstamos de BBVA.

Ante esta creciente preocupación por el medio ambiente, continuó Fernández, las empresas se preguntan cómo pueden reducir su impacto ambiental y su huella de carbono. “Por una parte se pueden hacer inversiones en tecnologías menos consumidoras de recursos. Se puede contratar energía de origen renovable. Y también hay quien está pensando en compensar la huella de carbono. Donde no se pueda reducir más, es posible patrocinar activos que absorban esa huella de carbono. Se conoce como el mercado voluntario de carbono, y se trata de acciones en países en desarrollo auspiciadas por Naciones Unidas como la conservación de bosques... que permiten ‘expiar’ estos pecados en cuanto a emisiones contaminantes”.

FINANCIACIÓN VERDE. Miguel Calvo explicó que BBVA trabaja en varias modalidades de financiacion bancaria sostenible. Por un lado los préstamos verdes, que son préstamos finalistas para proyectos verdes. Por otro lado, préstamos cuya finalidad no tiene que ser verde pero que están ligados al desempeño sostenible de la compañía. Además de estos, existe la alternativa de la financiación Zero Carbon, dirigida a borrar la huella de carbono de las compañías.

En este sentido, las empresas Meliá y Piñero han sido las primeras hoteleras en suscribir crédito verde de BBVA. Las condiciones económicas de financiación están vinculadas a la integración de enfoques de sostenibilidad en la gestión empresarial y sujetas a evolución de la calificación ESG (ambiental, social y de gobernanza, por sus siglas en inglés). Un compromiso que debe someterse a una auditoría medioambiental independente.

El directivo de préstamos corporativos del banco explicó en detalle la apuesta de BBVA por el crédito verde: “La financiación bancaria sostenible nació en 2017 y ha tenido un crecimiento exponencial. El mercado principal es Europa, pero también tiene hueco en América del Norte, Latinoamérica y Asia Pacífico. El banco es una de las entidades más innovadoras en financiación sostenible a nivel europeo. Hemos liderado en estos dos años y medio 45 operaciones en formato sindicado o bilateral. Aquí en Balears, hemos cerrado este año las primeras operaciones del mercado financiero sostenible en España del sector hotelero con Meliá y Piñero, además de con Camper”.

José María Mayans, director financiero de Grupo Piñero, explica que la compañía convirtió en verde una operación que ya tenía aprobada con BBVA a raíz de una jornada en la que les plantearon esta opción. “Te puedo decir que sí hay un ahorro económico, pero ese ahorro no compensa los gastos que lleva inherentes, ya que para convertirlo hay que contratar una auditora internacional. Nosotros tomamos la decisión por el compromiso del grupo con la sostenibilidad. Porque hemos querido. Nos sirve de base para saber cómo estamos y ver en qué fallamos. Y asumir el compromiso de ir mejorando”, comenta.

En el mismo sentido, Juan de la Hera, de Meliá, explicó su experiencia: “El ahorro económicamente no es grande. En nuestro caso ya estábamos auditados. Pero en una emisión un bono verde tiene mayor suscripción. Como empresa cotizada, vemos que los potenciales inversores tienen cada vez más interés por políticas de RSC, gobierno corporativo, sostenibilidad, diversidad… influye mucho. Lo vemos tanto en los clientes como en los potenciales inversores”, indicó.

Algo que corroboró Olga Eguilior, de Clientes Globales BBVA España: “No solo se trata de lograr una financiación a un precio mejor, sino que hay inversores especializados que solo quieren invertir en sostenibilidad. En emisiones de bonos tradicionales, el libro puede estar en dos o tres veces el importe total de la emisión mientras que en emisiones verdes podemos ver libros sobresuscritos hasta cinco o seis veces lo que permite ajustar en mayor medida la rentabilidad de la emisión”.

CAMBIO DE MENTALIDAD. Desde hace unos años, las compañías hoteleras de Balears han hecho una apuesta comprometida por la sostenibilidad. Además de la reducción o eliminación del uso de plásticos, han desarrollado programas de Responsabilidad Social Corporativa ya que es el mismo cliente quien lo pide, aseguraron.

Encuentro

“Hace año y medio se empezó a hablar de los plásticos. Lo primero que pensamos fue: ¿en un hotel de cinco estrellas vas a poner el bote rellenable de jabón? El que va al lujo no va a querer esto. Pues no es que lo quieran, sino que lo piden. Se molestan si ven que gastan dinero en una empresa que malgasta plástico”, puso de manifiesto De la Hera.

Jaume Nebot, CEO de Protur, no cree que un cliente pueda llegar a decidir a qué hotel va en función de su compromiso verde, pero sí que es un factor más a tener en cuenta. “Es un factor más en la elección. Si estás fuera de mercado por precio, por instalaciones o lo que sea, no lo va a solventar el medio ambiente, pero es algo más que pones en la balanza”, remarcó.

Mientras que Martín Intrigliolo afirmó sin dudarlo que “en un futuro será determinante”, poniendo en valor que son muchos los empresarios mallorquines que deciden apostar por la sostenibilidad por iniciativa propia, desde de el convencimiento.

“No hay mayor compromiso medioambiental que el que sea rentable. Y está llegando a un punto que es rentable. Confluyen las dos necesidades, porque una empresa es una empresa y tiene una cuenta de resultados. Pero está pasando que muchas actuaciones sostenibles son ya muy rentables. Antes no te atrevías a tomar según qué decisiones… Cuando ves que el cliente lo puede aceptar, la rentabilidad económica va en el mismo sentido que la conciencia de tus clientes. Es lo ideal”, mencionó Nebot.

Todos los participantes en el debate estuvieron de acuerdo en que las empresas familiares están incorporando con gran rapidez y profundidad las transformaciones necesarias para la sostenibilidad. “Veo una gran concienciación en las empresas familiares, incluso mayor que en las que no los son. Porque en las grandes empresas los departamentos financieros y de RSC están muy alejados. Mientras que en compañías familiares es el dueño que tiene en la cabeza las dos cosas”, apuntaba Eguilior. Los representantes de las compañías hoteleras no hicieron más que darle la razón: “La apuesta por la sostenibilidad se propicia con el relevo generacional. Es exactamente así”, corroboró Mayans.

DEFINIR CRITERIOS. Tal y como expuso Fernández, en estos momentos los bancos están sumidos en la tarea de clasificar las industrias en más sostenibles o menos sostenibles. “Hay estudios que clasifican las compañías según el riesgo medioambiental -que tiene en cuenta la contaminación de aguas, las emisiones, la posibilidad de vertidos, la utilización de plásticos...-. El sector hotelero está a mitad de la tabla. No es de los más buenos ni de los más malos. Estamos haciendo un esfuerzo todos los bancos en definir exactamente qué es verde y qué es marrón, por decirlo de algún modo. Las empresas menos sostenibles van a recibir una atención especial por parte del regulador, y no será solo por el tema fiscal. BBVA por política interna no puede financiar proyectos que queman carbón y en los balances de los bancos cada vez pesarán más las sostenibles frente a las no sostenibles”, puntualizó.

Gabriel Abraham, vicepresidente de Hipotels, recuerda que la protección del medio ambiente está presente en todo el mundo: “Como compañía hotelera, hemos entrado recientemente en México y allí la normativa no tiene nada que ver con la de España. Nos parece que allí todo está permitido, pero nada más lejos de la realidad. Hay unos criterios medioambientales de protección de la naturaleza mucho más estrictos que en España. La flora y la fauna están hiperprotegidas. Hay millones de metros protegidos, todo muy bien señalizado. Se han protegido los manglares, y ahora entrarán los humedales. De hecho, cuando ves lo que ha pasado con el sargazo, que ha hecho un gran daño, da que pensar si esta gente va bien”, expuso.

REGULACIÓN. Empresas como Meliá Hotels International o Grupo Piñero han suscrito programas de financiación sostenible de BBVA por iniciativa propia, pero los empresarios no tienen duda de que en el futuro cada vez será mayor la regulación. Además, recuerda Jaume Nebot que a partir de 2020 la Ley de Cambio Climático y Transición Energética del Govern obliga a informar a las grandes y medianas empresas que desarrollan su actividad total o parcial en las Islas a calcular e informar de su huella de carbono.

Como reflexionó Eguilior, “los países desarrollados están imponiendo un control que queremos que sea global, pero los países que están en vías de desarrollo se ven perjudicados en su crecimiento, lo que podría parecer una injusticia. Pero también hay que pensar que no se puede demonizar a todas las empresas porque nos han traído a donde estamos y son parte de la solución”.

Jaume Nebot pidió una normativa clara y estable que facilite la inversión a los empresarios. “Si hay unas reglas de juego claras, están ahí. Si decides invertir, lo sabes. Lo que llevamos mal las empresas es que cambien. Porque a veces tú tomas una serie de decisiones y te cambian las reglas del juego en mitad de la partida. En cambio, si entras en un destino con una determinada protección medioambiental, te metes en el negocio sabiéndolo. Esto no procupa. Preocupan los bandazos, y esto ha pasado con las renovables. Dieron muchas ayudas para potenciar un sector, pero luego vieron que no lo podían soportar y las quitaron perjudicando a muchísimos empresarios”, recordó.

En el mismo sentido se puso de ejemplo el sector automovilístico: “Hay que ver cómo de ágiles podemos ser. Las empresas automovílísticas deben estar perdidas”, reflexionó De la Hera, con el comentario de Nebot de que la Administración tiene que hacer mucho para el desarrollo de asuntos de primera magnitud en sostenibilidad como la movilidad eléctrica. “Pides un sacrificio a una persona que compra un coche eléctrico y luego tiene que buscar dónde recargarlo, pararse y perder un tiempo. Pero mucha gente no puede pagar el doble que un coche normal por un vehículo eléctrico”, criticó.

Tanto los directivos bancarios como los responsables hoteleros no tienen ninguna duda de que las empresas están concienciadas con el medio ambiente, la sostenibilidad social y las mejoras en gobernanza. Para ellos, no es una moda. Además, están convencidos de que las decisiones empresariales, que se toman pensando en ser más sostenible y que en ciertas ocasiones suponen un incremento de los costes, cada vez más son rentables además de verdes.

“Casi todos los malos ejemplos llegan de Estados Unidos, como el usar y tirar, que penetra con la colonización cultural. Pero se está creando una conciencia. A la hora de tomar decisiones tienes que pensar en el futuro. Ya nos dijo el gurú Juan Verde que si hay que hacer la transformación a base de subvenciones no funcionará. Tiene que ser rentable. Sin tener necesidad de retroceder en bienestar, podemos ser más verdes. El problema es que la tecnología nos ha hecho más ansiosos. Queremos que cambien muy rápido las cosas. Pero las cosas que realmente perduran son las que reposan”, concluyó Jaume Nebot.