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Si la década anterior fue inmejorable para las bolsas americanas, con el S&P ofreciendo un 200% (triplicando su valor) y el tecnológico Nasdaq un 400% (quintuplicándolo), los 'años 20' están empezando de forma similar.

Si comparamos las rentabilidades anteriores con las de las bolsas europeas, los resultados serían ridículos para el Viejo Continente: un 25% para el EuroStoxx (incluso peor que el 125% de Japón o el 65% y similar a China). Peor todavía es para el IBEX que en esta década se ha dejado un 25%.

Es decir, mientras un inversor en bolsa americana ha rentabilizado su cartera espectacularmente, uno que simplemente ha elaborado una cartera 'diversificada' en Telefónica, Santander y BBVA está perdiendo dinero. Probablemente vía dividendos haya recuperado una parte, pero mientras pierde dinero está pagando a Hacienda por los dividendos, aunque los beneficios no sean reales para él.

La cuestión ahora es intentar predecir si el hueco entre bolsas europeas y americanas se seguirá agrandando, algo que, de momento en este incipiente 2020 está ocurriendo, o por el contrario Europa lo hará mejor que Estados Unidos.

Posiblemente, la mayoría de lectores esté pensando 'si Estados Unidos baja, Europa irá detrás'. No es del todo cierto: ha habido ocasiones que Europa lo ha hecho mejor que Estados Unidos y la rotación sectorial tiene mucho que ver. Estos años la tecnología, por ejemplo, lo ha hecho muy bien y los bancos muy mal. ¿Qué índices tienen más de uno u otro sector? ¿Será 2020 el año para Europa y sectores más value?

De ahí la importancia de la formación y la información financiera: diversificando realmente, con buenos productos de inversión (fondos de inversión activos que ganen a sus índices o acciones con mucho potencial), con estrategias de control de riesgos y conociendo la fiscalidad para no pagar injustamente, se pueden conseguir resultados a largo plazo.