TW
0

La industria farmacéutica, que la pandemia ha situado en el epicentro del debate ético-moral, ha demostrado en este escaso último año y medio ser una parte fundamental e imprescindible de la cadena de valor de la prestación sanitaria que garantiza nuestra seguridad y progreso socioeconómico. A través de su patronal, Farmaindustria (Asociación Nacional Empresarial de la Industria Farmacéutica), ha presentado hace relativamente pocos meses su memoria de resultados 2020. Considero de interés aprovechar este espacio para ofrecer una breve aproximación a las principales magnitudes de este notable sector.

Farmaindustria está compuesta por 137 compañías, de las cuales 44 son exclusivamente españolas, 76 del ámbito europeo y resto del mundo y 17 de EEUU. La industria farmacéutica española produce por valor de 14.900 millones de euros y representa el 18,5% de la inversión total en I+D. Es una gran exportadora, ya que los datos correspondientes a 2020 constatan unas exportaciones por valor de 12.777 millones de euros. De hecho, los medicamentos son el cuarto producto más exportado de nuestro país. Un dato a destacar es que estas exportaciones han crecido un 5,6% respecto a 2019. Dada la situación de tsunami económico que hemos padecido, pocos sectores pueden presumir de crecimientos.

Ocupa directamente a más de 42.600 empleados, de los cuales un 62% son titulados superiores. Los puestos de trabajo relacionados indirectamente con este sector se estiman alrededor de 170.000 y son altamente especializados.

Si nos referimos a solicitudes de patentes, durante el ejercicio 2020 nos encontramos a esta industria en cabecera con 190 solicitudes; le sigue el sector de tecnologías sanitarias, con 126; a continuación, localizamos los sectores del transporte y la maquinaria eléctrica, con 122 y 115 solicitudes, respectivamente. Cabe señalar también que ocho de cada diez ensayos clínicos que se realizan en nuestro país son promovidos por esta industria, siendo una industria muy intensa en dedicación de recursos a I+D -representa el 18,5% de la inversión total española en I+D-. Las áreas de investigación clínica que han tendido mayor notoriedad en realización de ensayos han sido el cáncer y la COVID-19. Los medicamentos para el tratamiento de distintos tipos de cáncer representan el 34% de los 1.019 estudios aprobados.

Los datos expuestos anteriormente no dejan lugar a dudas que la industria farmacéutica es un importante dinamizador socioeconómico que contribuye con intensidad al crecimiento de un país.

La presencia de esta industria en nuestra comunidad es testimonial. Hay algunas empresas como el caso de Labo’Life, que produce y distribuye medicamentos de microinmunoterapia; Vision Palma, que se dedica a elaborar gafas, lentes de contacto, líquidos y preparados químicos de uso óptico, y Enoc Solutions, de tecnología liposomal. Juntas mueven más de cinco millones de euros y cuentan con unos 40 empleados.

Facilitar y dar ayuda a esta industria para su entrada en el tejido económico de nuestra comunidad debería ser divisa y objetivo primordial para nuestro Govern.