En la oferta de itinerarios se pueden ver puntos de interés como el ‘molí vell’ de la Mola.

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Formentera dispone de encantos más allá del sol y la playa. Además de ofrecer una excelente gastronomía, otro de los lujos que se pueden permitir los visitantes de la pitiusa sur, así como también residentes, es conocer la isla a pie o en bicicleta de manera segura y accesible. En el año 2010, el Consell de Formentera empezó a trabajar en las conocidas como ‘rutas verdes’, que actualmente son 130 kilómetros agrupados en 32 recorridos. “En 2009 o 2010 se empiezan a señalizar. En ese momento no eran tantas. A partir de 2011 se hizo una selección de rutas que pudieran ser casi circulares, que nos permitieran movernos de manera más sostenible fuera de las carreteras principales.

En el año 2016 hacemos la nueva señalización, que es la actual, e impulsamos su promoción a nivel turísticos. A partir de ese año creamos itinerarios, por una parte, deportivos y también patrimoniales”, explica Alejandra Ferrer, presidenta del Consell de Formentera y responsable del área de Turismo. Inicialmente, el proyecto de rutas verdes empezó por los caminos públicos, que son los que pudieron señalizar y permitir el paso sin problemas. Con esa primera cartografía dieron otro paso más e incorporaron puntos de interés a nivel medioambiental, cultural y patrimonial. De esta manera se conocen, por ejemplo, los molinos antiguos, los faros, las paredes de piedra seca o las higueras estalonadas, entre otros elementos. Además de a pie o en bicicleta, este año han incorporado ocho rutas de kayak “porque te permiten ver la isla desde el mar hacia adentro, que es una visión totalmente diferente”. A esto se suman la decena de puntos de inmersión para practicar buceo o snórkel, así como la posibilidad de observar aves y flora autóctonas.

El objetivo de estas rutas verdes es ampliar la visión de Formentera para así conocerla más. También se fomenta la movilidad sostenible, la importancia de mantener y cuidar el paisaje y se atrae turismo fuera de la temporada alta.

“Es increíblemente agradable porque vas por caminos rurales, disfrutas del silencio y de un paisaje al que no estás acostumbrado. Esto no quita que luego puedas ir a la playa y comer en un buen restaurante. Son compatibles. Las rutas verdes son una oportunidad única para conocer Formentera de la manera más auténtica porque ves el patrimonio y el paisaje interior y sin estas rutas quizás no hubieras descubierto esa parte”, explica Ferrer, quien añade que son itinerarios con los que “recargar las pilas” ya que disfrutas del silencio y la tranquilidad. En este sentido, estas rutas verdes son “experiencias” ya que te permiten, por ejemplo, llegar al faro de la Mola a pie y poder entrar. Además, el hecho de tener diferentes rutas por la misma zona te permite “fijarte en elementos diferentes cada vez”.

ACCESIBILIDAD. Las 32 rutas son accesibles para todos los públicos. Se pueden consultar en la página web oficial de Turismo de Formentera (www.formentera.es), donde están señalizadas con colores en función del nivel de dificultad y con iconos de bicicleta y peatón acompañados del tiempo aproximado que se tardaría en cada caso.

A través de la web, además, se pueden descargar y consultar a través de Google Maps para ver por dónde vas en cada momento.

“No son rutas difíciles en el sentido de tener que ‘escalar’; las que están señalizadas con alta dificultad es más bien porque tienen tramos cuesta arriba, por ejemplo. No tienen peligro”, precisa Ferrer. En las que no sale el icono de la bici es porque hay tramos de arena al pasar por playas que podrían resultar incómodos al pasar. Actualmente, están estudiando qué recorridos se podrían hacer exclusivamente para bicicletas o peatones ya que algunos de ellos son mixtos.

ACEPTACIÓN. Las rutas verdes están “funcionando muy bien”. Entre las familias, según cuenta Ferrer, tienen mucha aceptación ya que “un día salen y van a disfrutar de la observación de aves, otro de la fauna y otra en los molinos y faros. Puedes hacer la misma ruta fijándote en elementos diferentes”. Además de entre los turistas, las rutas verdes gozan también de buena fama entre los residentes, que sobre todo en temporada baja aprovechan para hacer excursiones por los diferentes puntos de la isla.

Según explica Ferrer, esta treintena de rutas prácticamente cubren toda Formentera: “No hay ningún sitio que se quede fuera. Sí que hay partes de carretera y estamos estudiando cómo podemos eliminar de los itinerarios los pocos tramos de carretera que hay, pero depende de llegar a acuerdos con propietarios. Estamos tratando de mejorar también la señalización en algunos puntos”, concluye Ferrer.