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Tras tantos años utilizando las redes sociales, si tuviéramos que decir cuál es la interacción más habitual diríamos que es el ‘me gusta’. ¿Y cuándo se popularizaron los likes? Fue en el año 2009 cuando Mark Zuckerberg incluyó esta implementación en Facebook. El like era la manera más sencilla de interactuar con las fotografías de nuestros amigos de la red social.

Si hiciéramos una comparativa de cuántos likes damos frente a cuántos comentarios ponemos, el número de los ‘me gusta’ es mucho más elevado.

Para evitar bots (automatismos), redes como Instagram ponen límites de likes/hora, en este caso podemos dar a ‘me gusta’ hasta 100 veces en 60 minutos.

El efecto que generan los likes en nuestro cerebro es de placer y nos crea una adicción. Cuando subes una publicación, salvo si eres un personaje público que tiene asegurados miles de ellos, entras frecuentemente a comprobar cuántos likes tienes.

El último formato en sumarse a los likes son las historias de Instagram, a las que hasta ahora podías reaccionar, responder o enviar a otros usuarios (dependiendo de la privacidad).

Pero sorprendentemente, el like no es la acción que más nos tiene que interesar si somos una empresa. Sí, mide hasta qué punto gusta más o menos lo que hemos publicado, pero, por ejemplo, nos será mucho más útil si los usuarios mandan por mensajería la publicación ya que normalmente esos envíos son a personas que les va a interesar el tema y que seguramente acaben haciendo una compra.

Para finalizar, tenemos que tener cuidado con el punto más narcisista de los likes de una publicación, la compra de los mismos. Hay ocasiones en las que cuentas que compran seguidores y likes quieren hacer campañas con empresas. Si no lo detectan pueden caer y no darse cuenta de que no son interacciones reales.

¿Nos acompañará mucho más tiempo el ‘me gusta’ en las redes sociales?