Mañas es el cofundador y CEO de Wireless DNA.

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El grupo mallorquín WDNA, encabezada por José Mañas, desarrolla su negocio en el campo de la tecnología. Sin embargo, ha encontrado en el modelo de economía circular un elemento transversal a todas sus actividades. Su deseo de dejar un legado a la sociedad mejor del que ha recibido le ha impulsado a liderar un proyecto que aspira a ser tractor y transformador del tejido económico y del ecositema social de Mallorca, extrapolable a otros destinos y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Supondrá una inversión en torno a diez millones de euros y dará sus primeros pasos durante los próximos meses.

El eje del proyecto de industrialización 4.0 es la puesta en marcha de una factoría de economía circular en una ubicación que todavía no se ha decidido, pero que quieren que sea emblemática. La fábrica se alimentará con electricidad renovable y permitirá desarrollar proyectos con una orientación estratégica hacia la sostenibilidad. Destaca la transformación y reutilización de diferentes tipos de residuos, como los plásticos, y de productos para su propia empresa, así como otras líneas de negocio que puedan surgir. Sin embargo, es un proyecto que quiere ir mucho más allá, ya que tiene sinergias con el sector turístico y con la agricultura así como una destacada vertiente social. De hecho, una de las primeras actuaciones que se llevarán a cabo será presentar una alianza con la asociación 3 Salut Mental.

«Será una fábrica basada en economía circular. Al principio la producción cubrirá necesidades de autoconsumo, como pueden ser carcasas, envolventes o matricería de nuestros sensores hechos con material reciclado, y la puesta en marcha de diferentes líneas de montaje, que garantice la viabilidad inicial. No obstante, nuestra intención es convertirnos en aglutinadores de proyectos, integrando nuevas iniciativas que puedan sumarse en el camino», indica José Mañas.

El compromiso del empresario es que en 2023 ya se hayan fabricado algunos prototipos. La inversión requerida para el diseño y construcción de la factoría rondará los diez millones de euros. El plan constará de diferentes fases y se desarrollará a lo largo de los próximos tres o cuatro años. La fase cero tiene un presupuesto de dos millones de euros, para producir algunos prototipos y ver a partir de esa prueba la forma de escalar el proyecto, de manera que se pueda empezar a producir y hacer el resto de forma autofinanciada.

El proyecto aspira a la convocatoria de fondos europeos Next Generation con el nombre ‘Mallorca Circular Destination’, pero Mañas se muestra convencido de que saldrá adelante, independientemente de cuáles sean las fuentes de financiación.

¿A qué viene que una empresa del sector tecnológico que se dedica a optimizar redes de telefonía en todo el mundo quiera montar ahora una fábrica en Mallorca y apostar por la economía circular? La historia es fruto de la visión y el empeño del empresario en diversificarse, contribuir a crear una industria transformadora y dejar una huella positiva en la sociedad.

PESAJE DE RESIDUOS. «Meliá nos encargó hace tres años diseñar un sistema de pesaje de residuos que fuera barato, fiable y exportable para todos los residuos pero en especial para los orgánicos, ya que permite convertirlos en compost y llegar a acuerdos con agricultores locales. A priori, este encargo no tenía relación directa con nuestro negocio tradicional y, además, resultó muy complejo por los procesos de manipulación de los propios contenedores», explica Mañas. Al final, después de tres años y mucho intenio, consigueron unos prototipos que miden de forma autónoma tanto el peso que se vierte en los contenedores como las descargas. Diseñado in-house con I+D+i mallorquina, han conseguido un equipo robusto con una batería con una autonomía de dos años. Estos aparatos ya se encuentran en funcionamiento, se han protegido legalmente como modelo de utilidad y ya lo utilizan muchas compañías hoteleras.

«Empezamos con Meliá, y gracias al proyecto circular de Tirme otras empresas del sector como Garden Hotels, Iberostar, Marriott, Riu, etc. se unieron con posterioridad. Hoy ya tenemos 400 contenedores instalados en Mallorca y Eivissa y el próximo mes ya empezaremos a exportar, inicialmente en Catalunya. Ya podemos dar una cifra exacta de los residuos anuales de un hotel, ya que contamos con una plataforma de software donde se pueden observar los datos. Lo cierto es que hace años esto hubiera sido impensable, pero ahora ya hemos conseguido patentarlo a nivel mundial, lo que nos ha abierto la puerta a grandes empresas con proyectos de economía circular o con inquietudes ambientales y de sosteniblidad», comenta Mañas.

El siguiente paso es conseguir un kit autoinstalable que permita enviarlo a cualquier parte del mundo. «Estamos trabajando en un kit autoinstalable para que lo puedan montar los propios técnicos de mantenimiento del hotel. La complicación era que tenía que ser compatible con todos los contenedores del mercado para que todos los hoteles puedan pesar sus residuos», señala Mañas.

Con esta visión, y teniendo en cuenta el carácter turístico de Mallorca, Mañas fue ideando un proyecto más allá del sistema de pesaje de los contenedores: «¿Por qué no dar una segunda vida a los contenedores? ¿Por qué no creamos otros productos de valor a partir del plástico reciclado?», se preguntó el empresario. En este punto se unió la visión de crecimiento de Wireless DNA con los nuevos proyectos de circularidad.

«Tuvimos la idea de fabricar nuevos contenedores en Mallorca a partir de contenedores usados, con ayuda de entidades sociales, y lo importante es que hemos logrado aprovechar el potencial de este proyecto para otros que ya teníamos en marcha, como anemómetros y envolventes de tecnología, así como para empezar a aglutinar a otros actores con visiones similares», indica.

El proyecto de los anemómetros surgió a raíz de la expansión de Wireless DNA con la adquisición de la empresa Meteoclim. «Hemos diseñado un innovador anemómetro, que sirve para medir el viento. El anemómetro ya existe, pero el nuestro es diferente por una serie de motivos: mide el viento sin partes móviles, es decir, no hay una veleta que da vueltas. Este tiene un sensor estático que funciona por hilo caliente. Lo más importante es que queremos ser un referente en la medición del viento en 3D, ya que nuestro anemómetro mide los vientos ascendentes y descendentes. Será un anemómetro que tendrá menos roturas pero, sobre todo, nos estamos adelantando a lo que serán las autopistas de drones. Los vuelos de drones autónomos requerirán de una alta predicción meteorológica y la idea es aprovechar el viento para optimizar los costes y la seguridad de los drones. Han sido tres años y medio de I+D interna, a pulmón, pero ya lo tenemos y hemos vendido algunos dispositivos. La sinergia está clara con nuestro proyecto, ya que nos permitirá fabricar el anemómetro aquí. Y podremos fabricar otras envolturas de productos tecnológicos, como los kits autoinstalables de medición del pesaje de los contenedores», continúa Mañas.

SOUVENIRS. Wireless DNA pretende que la fábrica basada en economía circular sea rentable a largo plazo. Para ello, quieren ser aglutinadores de proyectos y dispondrán de difentes líneas de productos que aporten valor añadido. «Solo con crear contenedores este proyecto no es rentable porque no tenemos economías de escala. Y enviar los contenedores fuera de la isla iría en contra del concepto de empresa sostenible», señala Mañas. Es por ello que también fabricarán anemómetros y otros productos para autoconsumo. «La idea no es solamente reciclar, sino hacer productos que ofrezan un valor añadido y para los cuales el precio no sea determinante. Podríamos hacer botellas de agua de plástico reciclado, pero esto no añadiría valor. En este sentido, los souvenirs podrían ser otra línea posible de productos para añadir valor. Así convertiríamos un residuo en algo representativo de aquí y fabricado aquí, con lo que podríamos involucrar a artistas y artesanos. Incluso estamos en conversaciones con el sector para unir a la cadena de valor la lana de los ganaderos. Ahora mismo la lana es un problema porque no la pueden quemar, entonces tenemos que pensar en la manera de transformarla en algo de valor», indica.

Por tanto, la fábrica sostenible sería una forma de cerrar el círculo: por ejemplo, el mismo plástico del contenedor se reutilizaría para fabricar nuevos contenedores y los kits autoinstalables. Serían productos kilómetro cero que volverían al mercado local. Se fabricarían con energía renovable y con la participación de entidades sociales. «Es solo el punto de partida para muchas más ideas», indica José Mañas.

El empresario también ha pensado en introducir el autopesaje en otros sistemas de almacenamiento no relacionados con los residuos, otro punto de unión con 3 Salut Mental y en concreto con Tres Glops, uno de los proyectos que impulsan y lideran desde la asociación. Mañas considera que sería otra sinergia que mejoraría la eficiencia en sus operaciones y reduciría su huella de carbono. Asimismo, valora la posibilidad de incentivar la recogida de plásticos en el mar para llevar a la fábrica.

AUDITORÍA DEL AGUA. Wireless DNA ha presentado otro proyecto a la convocatoria de los fondos Next Generation. Se trata de una auditoría del sistema de agua en Balears. En este caso, en colaboración con la empresa Bitaqua, de Artà, que forma parte de Wireless DNA. «Bitaqua ha desarrollado una plataforma para medir en tiempo real las fugas de agua. Hemos propuesto crear un sistema automático de control de pozos y de las fugas para poder tener una medida real de las diferentes cuencas de agua en Balears a partir de electroválvulas automáticas, porque perdemos dos tercios del agua potable que hay en las Islas y no nos lo podemos permitir. De esta forma, se podrían detectar las fugas a tiempo real, se conocería dónde están los problemas y sería el primer paso para poder ahorrar agua, reducir el consumo y también prevenir fraudes en el consumo de agua de la red», explica el CEO de Wireless DNA.

El presupuesto del proyecto de auditoría del agua es de unos 2,5 millones de euros. Al igual que con el sistema de pesaje de residuos, los resultados se podrían observar en tiempo real a través de una plataforma de software.

TRES DIVISIONES. Wireless DNA es una empresa mallorquina fundada en 2014 que cuenta con tres divisiones: Telecom, Atmosphere y IoT.

José Mañas, Daniel Fortea y Pedro Morales crearon Wireless DNA con el ambicioso objetivo de innovar en el ámbito de las telecomunicaciones desde Mallorca. El objetivo de Mañas, quien tuvo la idea original, era poder regresar a Mallorca, donde tenía a su familia, ya que en aquellos momentos trabajaba en Israel.

«En principio nos dedicábamos a las telecomunicaciones, es decir, diseño y optimización de redes de telefonía móvil, que es la división Telecom. Trabajamos para las grandes compañías de telefonía en todo el mundo, mientras que nuestros competidores están en la India, Portugal, China... Las redes son como entidades vivas. Hay diferentes equipamientos, es como un ecosistema. Las redes de telefonía móvil tienen que adaptarse a los diferentes dispositivos, marcas y tecnologías -2G, 3G, 4G…-. Hay que interconectarlas para que funcionen todas. Es ingeniería de alto nivel y las operaciones son cada vez más complejas. Nuestro trabajo es que la red funcione mejor, que el operador no pierda dinero transmitiendo potencia innecesaria, etc. Y lo hacemos a través de un software propio de auditoría de redes que hemos diseñado para facilitar la monitorización y optimización», explica el CEO.

Había un pequeño problema para la empresa, y es que se trata de un ámbito hipercompetitivo y, dado su pequeño tamaño, buscaron la forma de diversificar el negocio y diferenciarse.

«Hablé con Carlos Alonso, cofundador de la empresa Meteoclim, una spin-off de la UIB que hace meteorología avanzada. Nuestra idea fue añadir a nuestro trabajo de optimización de redes de telecomunicaciones una capa de observación adicional mediante la monitorización de las ondas electromagnéticas», explica Mañas. De esta forma nació la división Atmosphere.

En diciembre de 2017 Wireless DNA adquirió una participación de MeteoClim. «Pedimos un crédito de más de un millón de euros al Centro de Desarrollo Tecnológico de España para hacer este proyecto conjunto, que consistía en añadir una capa de observación de ondas electromagnéticas como una fuente de información adicional a la meteorología. Es como si multiplicásemos el número de radares. Somos pioneros en la aplicación de una técnica llamada nowcasting, que de cero a seis horas hace una predicción de alta resolución a nivel de calle», explica el CEO como un ejemplo de que «un teleco y un físico pueden desarrollar algo totalmente disruptivo». «Esta observación meteorológica adicional gracias a las redes de telefonía tiene aplicaciones en cambio climático, emergencias, agricultura, recursos hídricos, etc.», puntualiza.

Con este sistema han colaborado con la Federación de Triatlón, con la Vuelta Ciclista a España o con los 40 Music Awards, entre otras entidades. Asimismo, tienen un contrato con el 112 para darles apoyo con una tecnología avanzada de observación que no es la nowcasting. «El problema es que los fenómenos meteorológicos imprevistos se desarrollan muy rápido y los modelos matemáticos y físicos estándares no pueden prever estos fenómenos. Esta tecnología nos serviría, por ejemplo, para que no vuelva a pasar lo de Sant Llorenç», aclara el empresario.

Desde pequeño, José Mañas tuvo el sueño de ser inventor. Junto a Carlos Alonso, directivo ahora de Wireless DNA, pensaron que debían cerrar el círculo de servicios creando algo físico. Así surgió la idea de fabricar los anemómetros, creando la división de IoT, internet de las cosas en sus siglas en inglés.

VISIÓN. Preguntado por la opinión del sector hotelero o del sector de los residuos acerca de su proyecto de factoría circular, considera que la idea ha entusiasmado a todo el mundo. «Los hoteleros y la organización 3 Salut Mental están encantados con el proyecto. Tirme, con la que ya colaboramos, estoy convencido de que también se unirá», indica. «Yo soy un idealista. Quiero dejar un legado en Mallorca y quiero ayudar. Lo quiero hacer porque tengo claro que tenemos que hacerlo. Creo que el proyecto tendrá apoyo y acompañamiento de todos los sectores porque nuestra empresa ha conseguido una reputación y unos resultados durante estos años. Y buscaremos la manera de que sea rentable. Tiene que ser rentable. Hay que tener un edificio, personal de todos los departamentos… con un solo producto no será rentable. Por ello, queremos tener diferentes líneas de productos», repite finalmente Mañas.

El 31 de diciembre de 2023 asegura que tendrán los primeros productos de plástico reciclado hechos en Mallorca de forma sostenible. Eso sí, se establecerá poco a poco, por fases. Se harán tres iniciativas piloto que servirán para ayudar a diseñar el proyecto final de fábrica.