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Con el ojo puesto en el retrovisor, parece que la pandemia nos permite dejar atrás momentos muy difíciles y complicados, especialmente para el sector de la salud y el del bienestar. Esta nueva situación, por fin controlada sanitariamente hablando, nos faculta a poder abrirnos a nuevos horizontes. Me refiero, en este caso, a centrarnos nuevamente en buscar nuevas vías de aprovechamiento de los recursos existentes y complementar la actividad actual con nuevas líneas de negocio, con el objetivo de referenciar y posicionar a las IIles Balears en el campo del turismo de salud y del bienestar.

No me extenderé, por cuestiones de espacio, en explicar y enumerar las bonanzas de este tipo de turismo que viaja exclusivamente por motivos de salud, en su sentido físico y holístico, pero si dejaré como dato que es uno de los mayores focos de atención de crecimiento económico en que se centran las estrategias de distintos países a nivel mundial. Además, es un turismo sostenible, ya que permite diversificar y aumentar el valor añadido del sector sin consumir nuevos recursos, utiliza los existentes y sin masificación. Uno de los últimos estudios que ha realizado el Parlamento Europeo manifiesta que el turismo relacionado con la medicina, el wellness y el spa representa un 5% del montante total de turismo de la EU28 y contribuye aproximadamente al 0,3% de la economía. La mayoría de estos ingresos se concentran en cinco países: Alemania, Francia, Polonia, Italia y Suecia, y dos tercios corresponden al turismo relacionado con el bienestar. Los ingresos del turismo de salud ascienden a 46.900 millones de euros, un 4,6% de todos los ingresos de turismo y el 0,33% de la EU28. Este estudio es de 2017 probablemente hasta 2019 las cifras hayan ido creciendo.

Volviendo a nuestro entorno local, las infraestructuras sanitarias, de alojamiento y de ocio y cultura son inmejorables; permiten perfectamente poder destinarlas a esta estrategia. Avanzo que la estructura de salud no es neófita en este tipo de turismo. Se realizan experiencias, especialmente en infertilidad y en estética.

Desde la Agencia de Estrategia Turística (AETIB) de nuestra comunidad, confían en el producto y vienen trabajando conjuntamente con nuestro sector para posicionar el producto. Un factor que puede contribuir al impulso son los llamados hoteles de bienestar, que se han incorporado recientemente a través de la nueva Ley turística. Son establecimientos que focalizan su atención, como su nombre indica, en el bienestar. Se exigen unos requisitos mínimos -cuatro estrellas- y sobre todo personal titulado y cualificado.

Para el desarrollo del turismo de salud y bienestar es fundamental la conectividad mediante un buen servicio de transporte. Las Illes Balears gozan de buenas conexiones y siguen mejorando, como es el caso de la recién estrenada conexión directa entre New York-Palma por la compañía United Airlines para desplazar a Mallorca población estadounidense -la población americana es una de las que más utiliza los servicios del turismo médico-. En definitiva, nuevos horizontes que nos traen nuevas oportunidades.