En el artículo anterior se ha descrito cómo se estableció en España un sistema descentralizado, las Comunidades Autónomas (CCAA), que establecía la autonomía financiera de las regiones y la solidaridad entre todas. Las excepciones fueron el País Vasco y Navarra y el régimen económico y fiscal para Canarias. Ahora, con el acuerdo entre PSOE y Esquerra Republicana, se plantea un cambio radical a este sistema, o más bien empezar con uno nuevo. Es un acuerdo basado en que Cataluña tenga un sistema de financiación singular desgajado del común de todas las CCAA, basado en una Administración Tributaria Catalana (ATC) que recaude todos los impuestos. Es decir, que tenga la llave de la caja, con el compromiso de pagarle al estado español los servicios que le preste y dedicar a solidaridad una cantidad que considere justa. Evidentemente todo esto hay que negociarlo en la práctica. El gobierno prefiere más un Consorcio Tributario en el que estén la Agencia Tributaria Estatal y la catalana. Es una negociación política. ¿Quién se llevará la caja de los impuestos? ¿Cuál será el acuerdo final? Veremos, pero esta situación está creando ya efectos colaterales. Las otras CCAA y algunos partidos políticos ven la ocasión de presionar al gobierno del Estado para pedir lo mismo o pedir la luna. Si nos comparamos con Alemania, allí son los Länder, equivalente a las CCAA en nuestro país, los que recaudan por cuenta del gobierno federal, pero no tienen el poder de repartir. Es el estado alemán el que decide el porcentaje de los impuestos que se puede quedar la Comunidad. En el acuerdo firmado con Cataluña la ATC se queda con la totalidad del dinero y reparte según su criterio.
La caja de Pandora y la financiación (II)
28/11/24 11:24
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