En los cuatro meses que lleva Donald Trump en el poder (del 20 de enero al 29 de mayo que se escribe este artículo) ha conseguido llevar el caos a la economía de Estados Unidos y del resto del mundo. Su arma ha sido aplicar aranceles unilaterales con los que pretende enriquecerse y eliminar el déficit de su comercio con el exterior. También declaraciones de fanfarrón con Putin que acabaron mal. Su propuesta de incluir a Canadá en la Federación americana como un estado más y su expansión territorial comprando Groenlandia. Hizo el ridículo como un elefante en una cacharrería. Empezó en enero y febrero con aranceles del 25% con México y Canadá que ha llevado a represalias por parte de Canadá. Están en pausa.
El arancel del 25% a la importación de acero y aluminio llevó a represalias por parte de la Unión Europea, a la que amenazó con aranceles del 200% al vino, cava, champagne y licores. También a China que empezó duplicándole el arancel general del 10% y llegó hasta el 145%, con respuestas fuertes por parte de ese país. En mayo, sin embargo, hubo un acuerdo con China para revertir la mayoría de los aranceles y dar una tregua de 90 días. En abril montó un espectáculo bochornoso con un cuadro en los jardines de la Casa Blanca, donde exponía tasas recíprocas a 6o países. Lo llamó el Día de la Liberación. ¿Liberación de qué? También en pausa. A finales de mayo amenaza a Europa con aranceles del 50% que entrarían en vigor en junio que luego retrasa a julio. Y el día 29 la bomba. Un tribunal federal paraliza la mayoría de sus aranceles por excederse en su autoridad sin pasar por el Congreso. Y quizás lo peor de todo la persecución y eliminación de fondos a la Universidad de Harvard y no darles visa a los estudiantes extranjeros. Algo le pasa al Sr. Trump y no es nada bueno. Debería saber que la clave del éxito de Estados Unidos ha sido su capacidad innovadora que se debe a su inversión en conocimiento. Internet, la tecnología de la información, grandes empresas tecnológicas, las mejores universidades del mundo, y apostar por los mejores profesores y estudiantes.
Trump logró con amenazas que la Cámara de Representantes aprobase una gran reducción de impuestos (llamada La Gran y Bella Ley) que tiene efectos muy negativos sobre las importaciones y sobre la solvencia de la Deuda Pública americana. Veamos el Mecanismo de la Renta. Las importaciones de Estados Unidos de bienes de otros países dependen del nivel de renta que tengan. Una reducción de impuestos aumenta la renta de las familias y por lo tanto compran más bienes tanto del país, como de los producidos en otros países. Estados Unidos es un país rico por lo que la propensión a importar será elevada, y esta reducción de impuestos empeorará el déficit de su Balanza Comercial. La reducción de impuestos va en contra del objetivo de reducir el déficit comercial. Y efectivamente el déficit del primer trimestre de 2025 ha sido el mayor déficit de la historia de EE.UU. El otro aspecto de la bajada de impuestos es el aumento del Déficit Público hasta el 7% del PIB y la Deuda Pública que supera el 100% del PIB de Estados Unidos. Este crecimiento en el endeudamiento está creando pérdida de confianza en los activos en dólares, especialmente los Bonos del Tesoro que ya están pidiendo una prima de riesgo por posible impago de su rentabilidad por la Administración Trump y está creando desconfianza en el dólar. Esta gran incertidumbre está poniendo en riesgo el papel del dólar como moneda global. Es la moneda en la que cotizan las materias primas como el petróleo y el oro y es moneda de reserva de los Bancos Centrales. Es la moneda que más se usa y que es refugio cuando las cosas van mal. Si deja de ser la moneda de referencia sería un cambio de paradigma.
Veamos ahora cómo funcionan los aranceles y el mecanismo de los precios. Los aranceles son impuestos que suben el precio de los bienes importados. Trump ha estado jugando con ellos, a veces duplica o triplica el precio del bien importado y otras veces los bajaba al diez o veinte por ciento. Con estos aranceles del 50% o más se rompe la baraja y ya es una guerra sin cuartel que reducirá mucho el comercio, producirá inflación, desempleo y recesión. Si se llega a esto está claro que España perderá el mercado americano que es el más importante después de la Unión Europea, pero la recesión que generará en Europa también nos afectará incluso al turismo. Se está jugando muy fuerte y las consecuencias pueden ser catastróficas. En el caso de que sean aranceles reducidos podemos ver cómo funciona el mecanismo de los precios y su efecto sobre las importaciones. Estas se podrán mantener, aunque aumente su precio cuanto más rígida sea la demanda de esos productos. Eso quiere decir que los consumidores americanos están dispuestos a absorber el mayor precio porque según sus gustos no encuentran sustitutos más baratos en su país. También pueden repartirse el mayor precio entre el importador y el exportador extranjero si estos tienen margen de beneficio suficiente para hacerlo y así no perder el mercado. La sustitución de productos importados por nacionales sólo se producirá cuando los aranceles sean muy elevados y las consecuencias ya se han expuesto más arriba. A corto y medio plazo Estados Unidos no conseguirá eliminar el déficit comercial. Trump conseguirá otros objetivos, pero no éste.