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El expresident del Govern, Jaume Matas, dio dos órdenes por escrito a la exconsellera de Salut, Aina Castillo, que serán claves para determinar si hubo amaño en la adjudicación de Son Espases. La primera, según ha confesado la exconsellera a los fiscales, son los criterios que debían seguirse para resolver la adjudicación, en la que la empresa OHL fue la mejor valorada. La segunda, es una carta en la que Matas ordena la paralización de la adjudicación el mismo día en que debía reunirse la mesa para tomar esta decisión.

Entre una y otra, los investigadores tratan de determinar si hubo algún tipo de presión o de remuneración económica en forma de comisiones para que la empresa mejor valorada, OHL, no fuera finalmente la adjudicataria de la obra y el concurso lo ganara Dragados. También se estudia si hubo irregularidades en la fase de valoración de las ofertas.

Según la declaración de la exconsellera a la Fiscalía, tras recibir las órdenes con los criterios que debían tenerse en cuenta para valorar las ofertas, Castillo las trasladó al entonces gerente del IB-Salut, Sergio Bertrán, que fue quien a su vez las pasó a la mesa de contratación.

Ninguno de los dos exaltos cargos de Matas estaba en el órgano que debía resolver quién ganaba el concurso. Sí formaban parte de él Bernat Salvà, director general de Pressuposts; Javier Vázquez, responsable de los servicios jurídicos de Salut; Juan Sanz, director económico del Servei de Salut; Luis Alegre, director asistencial; Josep Amengual, interventor de la Comunitat; Josep Corcoll, director de Planificació de la Conselleria de Salut, José María Fiol, de la Conselleria de Presidència y Lucía Mateos, secretaria general de la Conselleria de Salut.

Adjudicación paralizada

La mesa de contratación tenía que aprobar en julio de 2006 la adjudicación a OHL porque era la oferta mejor valorada, pero el mismo día en que tenía que hacerse la adjudicación, Matas dio la orden de parar. La adjudicación se pospuso y el Govern recurrió al Consell Consultiu, quien propuso añadir nuevos informes de los colegios de ingenieros y de economistas. Estos dos informes fueron determinantes para que el adjudicatario final fuera Dragados. La adjudicación se hizo a finales de ese año.

Lo que se está intentado averiguar es si hubo irregularidades a la hora de valorar las ofertas para que la de OHL fuera la mejor posicionada y si volvió a haberlas después, cuando Jaume Matas ordenó a Aina Castillo parar la adjudicación y que los colegios profesionales dirimieran el concurso.