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La dirección de IB3 ha abierto «un proceso reflexivo» sobre la continuidad en su programación de la misa dominical que se emite desde la catedral de Palma. Así lo indicó ayer el director general del ente, Andreu Manresa, en respuesta a una pregunta de la diputada del PSIB Silvia Cano, que abogó por su supresión y por un espacio alternativo, «ecuménico», «de ciencia» o «de filosofía». En opinión de la diputada, la televisión pública tiene que ser «laica y aconfesional».

Manresa admitió que la audiencia de la misa no era elevada, entre el 0,9 % y el 3 % en su punta más alta, pero que podría «tener algún sentido» ofrecerla para personas de movilidad reducida, que están hospitalizadas o «gente mayor» o «solitarios».

No adelantó cuál será la decisión final y tampoco consideró adecuado exponer su opinión personal sobre este asunto. Cano dijo que entendía que la programación religiosa tuviera su «audiencia» pero que también hay gente a la que le gusta «la pornografía» y que una televisión pública nunca emitiría un programa así.

Apuesta por la red
El director general relativizó la importancia de las audiencias, sobre todo ante los cambios en la forma de ver la televisión. Recordó que hay jóvenes, «nativos digitales» que pueden pasarse una noche viendo una serie completa en su tabletas. Y que el futuro es «multiformato» y «transmedia». Avanzó un futuro programa cultural, nacido originariamente de la radio, que se difundirá por la tele, YouTube, las redes sociales y hasta mediante una app.
Se refirió a uno de los programas 'estrella' de esta temporada, Dues Voltes; dijo que cambiaría de horario y formato y que había sido prorrogado por tres meses. Cada programa cuesta 4.025 euros. En opinión del director general, aumentar la audiencia no sería complicado con productos que no tuvieran que ver con los que corresponde a una televisión pública. Pero añadió que «eso nunca sucederá» mientras él sea director general.
Manresa también respondió a una pregunta sobre el coste que había tenido para el ente el desplazamiento de «un equipo» a la isla de Quíos para cubrir la visita de los responsables del Consell a los refugiados. Aseguró que se envió a personal de una productora y que el Consell corrió con los gastos, que ascendieron a 2.700 euros.
Sobre los concursos de selección de directivos, dijo que «no habrá trajes a medida y ninguna plaza está decidida de antemano».