El primer examen se celebró en marzo.

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El tribunal de la 'oposición de la muerte' mantiene el listón alto. Las alegaciones de 52 de los aspirantes al Cuerpo Superior de la Comunitat apenas han modificado el resultado final: de las 605 personas que se presentaron el pasado mes de marzo suspendió un 90 por ciento. La revisión apenas ha supuesto cambios. El tribunal anula tres de las preguntas porque estaban mal formuladas y esto hace que seis de los que suspendieron pasen el corte. En contrapartida tumba a uno al que se le dieron por buenas las respuestas ahora anuladas.

Los cinco miembros del tribunal señalan en el escrito que el tiempo era suficiente para contestar el examen, una de las alegaciones más recurrentes: «El ejercicio era realizable dado que ha sido superado por 61 opositores», señalan. También consideran que el tipo de prueba se ajusta a las exigencias legales y que, cada una de las 110 preguntas estaban reflejadas en el temario. De hecho, valida 41 de las cuestiones que eran puestas en duda por los recurrentes.

anula tres. Una de ellas porque en el test no incluía ninguna respuesta correcta. La que se dio por buena no lo era. Otra porque, en este caso, todas las opciones que se daban eran buenas y la última porque la redacción de la misma era confusa y daba pie a que se respondieran varias opciones. «Todas las preguntas formuladas en el ejercicio se corresponden al temario y por tanto a los conocimientos que se deben haber adquirido si se ha estudiado correctamente», zanja el escrito.

La dureza de la prueba supuso que sólo 60 personas la superaran -ahora 65- para las 45 plazas que se ofertan y todavía quedan dos pruebas más. Se les dió 140 minutos para 120 preguntas.

Achaca la debacle al método seguido por los preparadores

Fuentes del tribunal que juzgó la polémica oposición achacan la debacle generalizada a que la prueba no siguió el modelo con el que trabajan los distintos preparadores y que implicaba un método distinto de trabajo. Aún así, señalan que ha habido entre los aprobados biológos o historiadores y que, en al menos uno de los aspirantes logró un siete, por lo que consideran que no se trataba de un cuestionario imposible.

Eso sí, apuntan a que no se esperaba semejante escabechina y que, de hecho, en un primer momento se comprobó si pudo existir un error en la máquina que corrige de forma automática los test.