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La Guardia Civil, en el marco de la operación Coahuila, ha procedido a la detención de tres personas como presuntos autores de delitos relativos a flora y la fauna silvestre, contrabando de especies protegidas y blanqueo de capitales.

En la operación se han incautado más de 1.100 ejemplares de tortugas de 62 especies diferentes, tanto adultos como crías, así como más de 750 huevos.

La operación se inició en el mes de febrero del pasado año cuando agentes de la Guardia Civil del aeropuerto de Palma detectaron el envío de diversos ejemplares de tortugas de la especie Coahuila.

La mayoría de estos especímenes están amparados por el régimen de protección del Convenio sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), donde se busca preservar la protección de las especies mediante el control de su comercio y al cual España esta adherida desde el año 1986.

Una vez inspeccionado el envío, los agentes pudieron comprobar como parte de los ejemplares presentados no se correspondían ni con los declarados en la partida ni con la documentación que los acompañaba, por lo que procedieron a su incautación.

Pesquisas

A partir de ese momento, la Guardia Civil realizó diferentes pesquisas para dar con los responsables de este envío ya que no tenían nada a su nombre, lo que dificultó la investigación. Como resultado de ello, los agentes localizaron una finca rústica en Llucmajor, donde residían dos ciudadanos alemanes.

Los agentes registraron la finca y comprobaron que el criadero era mucho mayor de lo esperado y que tenía como objetivo la cría a nivel industrial de diversas especies de tortugas, tanto de agua como de tierra.

Tras el registro se detuvo a dos personas y, tras el pase a disposición judicial, se decretó su ingreso en prisión. Posteriormente, se detuvo a una persona más vinculada con este tráfico ilegal.

Además, estas dos personas mantenían una estrecha colaboración con el responsable de una tienda de fauna exótica en Barcelona, que les servía para «blanquear» los especímenes producidos en Mallorca.

Entre los ejemplares incautados en esta operación se han encontrado 14 de las 50 especies más amenazadas del mundo.

El tráfico ilegal de estas especies afecta principalmente a las del sudeste asiático, de donde provenían las tortugas de caja, consideradas en altísimo riesgo de extinción, otras son endémicas de México, Estados Unidos y Canadá, y protegidas por la legislación de estos países, y también había ejemplares de tortuga mora catalogada como vulnerable en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Entre los ejemplares incautados había 4 de Cuora mccordi, 7 de Cuora aurocapitata, 36 de Cuora trifasciata, 10 de Mauremys annamensis, 5 de Siebenrockiella leytensis, 25 de Cuora pani, 8 Testudo kleinmanni, una Terrapene coahuila, 4 Astrochelys radiata y 4 Glyptemys muhlenbergii y 3 ejemplares de Cuora cyclornata. Además había varios ejemplares de especies en peligro: 44 de Mauremys nigricans, 38 Malacochersus tornieri, 31 Cuora flavomarginata, 21 Cuora mouhotii y una Sacalia bealei.

La investigación se ha llevado en coordinación con otros países como Alemania, Francia, Italia y Austria, y la operación ha sido dirigida por el Seprona de Baleares, con el apoyo de la Unidad Central Operativa de Medio Ambiente (UCOMA), en Mallorca y Barcelona.