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La sección del Sindicato Andaluz de Bomberos (SAB) en el Ayuntamiento de Sevilla ha reclamado una revisión de las tasas asociadas a las intervenciones del servicio municipal de salvamento y extinción de incendios, para eliminar todo «recelo o duda» a la hora de solicitar la actuación de los bomberos, señalando el caso de un vecino que afronta el pago de 115 euros por pedir que los efectivos solucionasen la situación de un gato atrapado dentro de un garaje, pese a que ni siquiera era el dueño del felino.

En un comunicado, el sindicato ha explicado que el pasado mes de julio, un vecino de Sevilla protestó en las redes sociales por un cargo de 115 euros que le reclamaba el Ayuntamiento, «por haber avisado a los bomberos para que rescataran un gato en un garaje de la avenida de la Buhaira que resultó estar escondido en el motor de un vehículo». Al respecto, recuerda el sindicato que la ordenanza municipal de la materia establece que «todas las intervenciones de los bomberos» están sujetas a estas tasas, aunque la realidad es que «sólo se cobran el 20 por ciento de las intervenciones», toda vez que en 2017 el sindicato reclamó revisar estas tasas y eliminar «todas las circunstancias que provocan el recelo y las dudas a los sevillanos a la hora de solicitar el servicio». «Estas dudas están provocando que muchos siniestros se intenten atajar por sus propios medios, retrasando los avisos y haciendo que los siniestros sean más virulentos», exponen. El SAB considera así que «el Ayuntamiento recauda ya suficiente dinero a través de las compañías de seguros, como para tener que cobrar otro impuesto más por la prestación de un servicio esencial como es el de extinción de incendio y salvamentos».

«Se da la circunstancia de que el gato no era suyo ni el vehículo tampoco, pero aun así le han notificado el cobro de una tasa municipal por ser el 'sujeto pasivo' que llama a los bomberos», detalla el SAB, que recuerda que desde 2016 viene identificado múltiples casos de cobros de tasas por llamar a los bomberos, práctica perjudicial para el buen uso del servicio público, ya que provoca que los ciudadanos 'se lo piensen' antes de avisar.