Andreu Grimalt, Francesca Salvà y Andreu Cloquell, organizadores de la jornada.

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El abandono escolar en Balears supera a las incorporaciones a la Formació Professional (FP) y a la universidad.

Esta preocupante situación, entre otras cuestiones, fue abordada este jueves en la jornada La transformació de la pràctica educativa amb joves de baix nivell educatiu, organizada por la UIB, la Xarxa per a la Inclusió Social EAPN-Illes Balears y la Cooperativa Jovent, y celebrada en el Teatre Xesc Forteza, de Palma.

Francesca Salvà, miembro del Grup de Recerca en Educació i Ciutadania de la UIB, explicó que «en la actualidad, prácticamente una cuarta parte de la población balear de entre 18 y 24 años tiene como mucho una titulación de la Educación Secundaria Obligatoria –ESO–, no tiene estudios o no está realizando ninguna formación. Aproximadamente, unos 20.000 jóvenes de las Islas de ese tramo de edad se encontrarían en esa situación. El 19 % de los alumnos ya ni siquiera llega a 4º curso de la ESO y de los que siguen, entre un 12 y un 13 % no aprueba».

Para Salvà, «el abandono escolar en Balears obedece a múltiples causas y se produce tras el desarrollo de un proceso. Existen factores sociales, económicos y familiares, y la atracción por parte de un mercado laboral que ofrece dinero rápido, pero también existen factores de abandono de tipo estructural en el propio sistema educativo que sólo se pueden corregir con medidas más inclusivas y de atención personalizada al alumno».

Salvà, doctora en Ciencias de la Educación y profesora titular de la UIB, destacó que «nuestra sociedad no está dando el valor que corresponde a la educación y la cultura, por lo que no ofrece soluciones suficientes al problema del abandono. Familias con un bajo nivel educativo tienen hijos que responderán al mismo perfil y, por su parte, las empresas, especialmente las turísticas y de servicios, deberían exigir más formación a los trabajadores que contratan. Sería una forma de reducir el abandono».

La profesora de la UIB reconoce que «Balears ofrece unas características propias en economía, mercado laboral e inmigración, pero por eso mismo debería aplicar unas políticas educativas adaptadas a esas realidades, teniendo en cuenta que los centros, en una época de cambios muy rápidos, hacen todo lo que pueden con sus medios y recursos».