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Un total de 20.400 personas mayores de 80 años vivían solas en Balears el pasado año. Se trata de una cifra prácticamente el doble que cinco años antes, una evolución que se debe, sobre todo, al incremento de mujeres de esa edad que no comparten su vivienda con nadie. Así se desprende la Encuesta Continua de Hogares publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) recientemente.

Esta evolución se debe, principalmente, al alargamiento de la esperanza de vida, que es mayor entre las mujeres. El aumento más notable de personas mayores que viven solas se registró en 2018 en comparación con el año anterior. Estas personas no conviven con ningún familiar ni con ningún cuidador, si bien esto no significa que ninguna persona, de la familia o externa, se encargue de ellos en caso de que necesiten algún tipo de ayuda.
En el caso de las personas de más de 85 años que viven solas, la cifra es de 11.100, de las que la mayoría, 9.200, son mujeres frente a 1.900 hombres mayores de 85 años que no conviven con nadie.

Esta situación, que se ha acentuado en los últimos años, ha abierto un nuevo debate en la sociedad, que es el de la soledad entre las personas mayores. El estudio ‘Soledad y riesgo de aislamiento social en las personas mayores’, publicado la semana pasada por la Obra Social de ‘La Caixa’ determina que el 48 % de mayores de 80 años presenta soledad emocional, y el 34,8 %, soledad social.

Sin embargo, el estudio sostiene que la soledad es algo que afecta a personas de todos los niveles de edad, pese a ser un fenómeno que «se queda en la esfera de lo privado». De ahí, que la entidad pusiera en marcha el programa ‘Siempre Acompañados’ iniciativa que en Palma cuenta con la participación del Consell de Mallorca, a través del IMAS, y del Ajuntament de Palma, cuyos responsables suscribieron a finales de febrero un acuerdo para reconocer el papel activo y el compromiso de la veintena de entidades sociales, asociaciones y establecimientos que trabajarán conjuntamente en el proyecto. En Palma, el 26 % de las personas mayores viven solas, de las que más de la mitad superan los 75 años y tres de cada cuatro son mujeres.

Contraste

Este escenario contrasta con el de los jóvenes, que ven casi como una utopía vivir solos a causa del elevado precio de la vivienda, tanto de compra como de alquiler. Las personas de entre 25 y 34 años que no conviven con nadie se han reducido a la mitad desde 2013, a pasar de 20.600 a 9.800.