La Semana Santa cayó el pasado año en la última quincena de abril, lo que motivó una apertura anticipada de hoteles ante el crecimiento de la demanda turística. Además, la excelente climatología favoreció al resto de sectores productivos, caso del comercio y la restauración | Gemma Andreu

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La oferta hotelera balear retrasará la apertura oficial de establecimientos hasta mayo porque no hay demanda turística suficiente para llenarlos, según afirman desde la Agrupación de Cadenas Hoteleras de Balears (ACH) y la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM).

La previsión de las patronales se fundamenta en que «este año la Semana Santa cae muy a principios de abril y las empresas no se pueden arriesgar a tener ocupación unos pocos días y el resto de mes tener prácticamente vacíos los hoteles», señala el presidente de la ACH, Gabriel Llobera.

La vicepresidenta ejecutiva de la FEHM, María José Aguiló, puntualiza que el efecto llamada de la Semana Santa, como ocurrió el pasado año al tener lugar en la segunda quincena de abril, «no existe este año, de ahí que se retrasará la contratación de trabajadores y, en consecuencia, la temporada se acortará por los vaivenes de los mercados emisores. La situación es complicada, pero es lo que hay en estos momentos».

Llobera añade que será la primera vez que muchas cadenas «no abran establecimientos durante abril. Todo lo que es venta de paquetes turísticos a través de la touroperación a la Isla está en mínimos».

La delicada situación económica en Alemania y la competencia de los destinos del Mediterráneo oriental, según la ACH y la FEHM, «son factores que influyen en contra». Llobera puntualiza que «estamos expectantes a lo que pueda pasar a finales de este mes de enero con la entrada en vigor del ‘Brexit’ y cómo evoluciona el mercado alemán. Va a ser un año complicado para la hotelería vacacional balear».

El retraso de la apertura de hoteles afectará negativamente a todos los sectores turísticos, caso del transporte discrecional por carretera, restauración y a la oferta complementaria. Los transportistas muestran también su preocupación porque «será un duro golpe para la cuenta de resultados si se cumplen las previsiones de los hoteleros».