Xavier Pericay, Inés Arrimadas y Toni Cantó y Xavier Pericay en un acto celebrado en Palma cuando Pericay lideraba Ciudadanos en Baleares.

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La portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Inés Arrimadas, ha rechazado las críticas del cofundador del partido y exportavoz en el Parlament balear, Xavier Pericay, sobre la «soberbia» de Albert Rivera, y ha señalado que tuvo «la dignidad de dimitir» como presidente tras la debacle electoral de noviembre.

En el libro «¡Vamos? Una temporada en política» (Editorial Sloper), que se publicará el próximo lunes, Pericay cuenta que a Rivera solo le valían las opiniones «corroborativas» y «encomiásticas», y que las demás las «arrinconaba sin miramiento alguno». «La soberbia le acompañó hasta el final», escribe.

Aunque sostiene que a Rivera «le honra» haber dimitido tras perder Ciudadanos 47 de los 57 diputados que había obtenido en abril, Pericay le reprocha que «en ningún momento consideró necesario manifestar arrepentimiento alguno por sus actos, como si no fuese consciente de haber cometido errores».

En relación con estas consideraciones, Arrimadas ha dicho que «a toro pasado» es «muy fácil» hablar, porque «todo el mundo tenía razón y sabía lo que iba a pasar» en el escenario político.

En cualquier caso, ha afirmado que «lo que acompañó hasta el final a Rivera» no fue la «soberbia», como dice Pericay, sino «la dignidad de dimitir» ante «un resultado muy malo» en las urnas el 10 de noviembre.

Un equipo que había «conseguido unos éxitos impensables hace apenas un par de años» decidió «asumir todas las responsabilidades», ha indicado la portavoz parlamentaria, que ha recordado que, además de Rivera, dejaron sus cargos el secretario general, el secretario de Organización y el de Comunicación.

«Albert dio una lección de dignidad dimitiendo en un momento muy difícil», ha manifestado tras destacar que el PP y el PSOE también perdieron muchos votos en esas elecciones o en otras anteriores y sus líderes se mantuvieron en sus cargos.

Ciudadanos advirtió antes de las elecciones de abril de que no haría presidente al socialista Pedro Sánchez, y con esa promesa consiguió 57 diputados. Posteriormente, el partido naranja pactó gobiernos de coalición únicamente con el PP tras los comicios autonómicos.

En la campaña de las siguientes elecciones generales, las de noviembre, Rivera mantuvo el veto al PSOE y solo al final se abrió a un pacto, tras lo cual Cs perdió más de 2,5 millones de votos.

Sobre lo ocurrido en esos meses, Pericay dice en su libro que, antes de la moción de censura que hizo caer al Ejecutivo de Mariano Rajoy, la cúpula de Ciudadanos cayó en una «ensoñación» al creer que podrían superar al PP y que Rivera acabaría siendo presidente del Gobierno.

«Cuanto más nos contradecían los hechos, más nos empecinábamos en ignorarlos», lamenta el que fuera miembro de la Ejecutiva nacional y portavoz del Comité Autonómico de Cs en Baleares.

Pericay perdió las primarias donde se eligió al cabeza de lista a las elecciones baleares, y posteriormente, en julio, dimitió de sus cargos orgánicos.