El salón de plenos del Parlament mostraba este martes de nuevo una insólita imagen, con apenas trece diputados en la Cámara para participar en la sesión de la Diputación Permanente.

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La oposición balear rompió este martes ‘de facto’ la tregua política no escrita que ha mantenido estas semanas, desde que se decretó el estado de alarma y el confinamiento de los ciudadanos, y atacó con dureza tanto al Govern como al Gobierno por su gestión de la crisis sanitaria. Lo hizo en una sesión extraordinaria de la Diputación Permanente en la que, pese a todo, se convalidaron por unanimidad dos decretos ley con medidas urgentes contra el virus.

La diputada del PP Núria Riera aseguró que su partido estaba dispuesto a colaborar, pero lamentó que el Govern haya aplicado el rodillo y haya actuado por su cuenta sin contar con el resto de formaciones. «Con 84 muertos no bastan las condolencias», dijo. Opinó que el Govern ha reaccionado «tarde y mal» y puso como ejemplo el hecho de que Balears sea la comunidad donde hay más casos de contagio entre los sanitarios.

«Han ido a remolque de Sánchez y ahora que ven que las cosas van mal se desmarcan», añadió. «No han protegido a los ancianos; les han infectado desde fuera porque no les han protegido desde dentro», aseguró en relación a la situación de las residencias.

Los errores

Concluyó que el Govern no ha sabido estar «a la altura de las circunstancias» y sentenció que los decreto que ayer se validaron eran un «batiburrillo confuso» para tapar los errores de la gestión sanitaria.

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El portavoz de Vox, Sergio Rodríguez, también fue muy duro a la hora de valorar la gestión del Govern y llegó a asegurar que sentía «vergüenza ajena» al ver cómo Francina Armengol actuaba «como su fuera Einsenhower en el Desembarco de Normandía». «Nuestra obligación es hacer control al Govern en un momento en que algunos están intentado un cambio de régimen y destruir la democracia», añadió.

También la diputada del PI Lina Pons criticó al Govern, aunque no fue tan dura como PP y Vox. Afirmó que ha faltado humildad, sobre todo en el Gobierno, y denunció que el Govern ha fallado en materia de prevención, como demuestran los contagios en el personal sanitario. Por parte de Cs, Maxo Benalal, confirmó el apoyo de su partido al Govern en estos momentos, pero pidió medidas complementarias.

La dureza de las críticas del PP y Vox al Govern provocó una airada respuesta de la portavoz del PSIB, Sílvia Cano. «Es una vergüenza que vengan aquí a hablar de lealtad y es una tragedia que no tengamos una oposición a la altura de las circunstancias», dijo.

Miquel Ensenyat (Més) lamentó que el Gobierno haya dejado abandonadas a las comunidades autónomas y criticó que haya habido un intento de recentralización autonómica. Gloria Santiago, de Podemos, aseguró que ahora toca hacer una verdadera redistribución de la riqueza.

El Parlament también convalidó un decreto ley de medidas económicas, que básicamente consisten en el aplazamiento del pago de algunos tributos. Toda la oposición apoyó las propuestas pese a que las consideró claramente insuficientes.