Polígono industrial de Ciutadella | Josep Bagur Gomila

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Más de 75.000 trabajadores de la construcción y de sectores industriales vuelven hoy al trabajo en las Islas tras cerrar temporalmente sus empresas el 30 de marzo, fecha en la que entró en vigor el real decreto de suspensión de actividades no esenciales para evitar la expansión del coronavirus. Este parón ha cortado de raíz la producción económica y puesto en serio peligro la viabilidad de muchas empresas de las Islas.

La paralización de la actividad de la construcción, tanto de obra pública como privada, les ha supuesto asumir a las empresas importantes riesgos económicos, que afectarán a corto y medio plazo a los trabajadores de este sector, que llegan a los 55.000 en las Islas.

El cese de los trabajos regulado por el real decreto, según la Asociación de Constructores de Balears y Asociación de Promotores de Balears debería haberse acompasado medidas específicas «porque la mayoría de los contratos entre constructoras y promotoras están sujetos a penalizaciones por incumplimiento de plazos y además conllevan ejecuciones de avales y garantías e incluso, en algunos casos, pudieran derivar en la reclamación de daños y perjuicios».

La paralización de actividad sin contramedidas «va a resultar inasumible y poner en riesgo la viabilidad de los negocios y en consecuencia la de los puestos de trabajo», afirma la patronal de construcción.

Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la construcción y la industria balear es la falta de materiales por las últimas restricciones impuestas por el Gobierno. Durante este período solo se pueden transportar mercancías esenciales desde la Península a Balears a través de las navieras Baleària y Armas-Trasmediterránea.

«Muchas empresas han cerrado ya por falta de suministros y la previsión es que la viabilidad futura del resto es muy complicada por el mismo motivo. El Gobierno impulsar todo un paquete de medidas para paliar esta situación, que afectan por igual a las empresas relacionadas directamente con la construcción, caso de fontaneros, carpinteros, pintores y resto de sectores auxiliares», indican desde la Asociación de Constructores de Balears.

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Las patronales coinciden en señalar en que cuando finalice el actual estado de alarma «se prevé una avalancha de concursos acreedores para evitar la desaparición de las empresas, aunque algunas quedarán por el camino. Estamos en una coyuntura muy difícil que va a romper el tejido empresarial y que abocará, de nuevo, a la construcción en una crisis profunda».

La Asociación de Constructores puntualiza que este «parón ha sido la puntilla. Entendemos las precauciones sanitarias, pero los efectos negativos en las empresas van a ser incalculables».

Patronales y Govern han negociado en los últimos días el nuevo protocolo de seguridad sanitaria que tienen aplicar en su actividad diaria las empresas industriales y de construcción.

Reinicio de las obras en sábado

El real decreto-ley 10/2020, de 29 de marzo, reguló un permiso retribuido recuperable para las personas trabajadoras por cuenta ajena que no presten servicios esenciales, con el fin de reducir la movilidad de la población en la lucha contra el COVID-19.

La finalización del real decreto se produjo el pasado día 9. Tras los festivos de Jueves y Viernes Santo, algunas empresas optaron por adelantar el reinicio de su actividad al sábado, como las obras de remodelación en la Rafael Nadal Academy. El grueso del sector lo hace este martes.