Imagen de la playa de Can Pere Antoni de Palma durante el estado de alarma y La Seu, al fondo. | miquel a. cañellas

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Sin sorpresas, con alguna peculiaridad y entre los niveles estimados. Esta es la evaluación genérica que destaca el director general de Energía y Cambio Climático de la Conselleria de Transición Energética, Aitor Urresti, sobre la calidad del aire en Baleares durante el estado de alarma. Hasta ahora, el departamento ha presentado dos únicos informes, a punto de finalizar un tercer estudio que esta vez mostraría el impacto que tendría la desescalada en el archipiélago.

Esa bajada notable de los gases en nuestra capa de ozono se perciben, sobre todo, con la paralización del tráfico por carretera, aérea y marítima. En este último punto, los últimos datos recogidos en un estudio comparativo sobre los niveles de dióxido de azufre (SO2) de la Autoridad Portuaria de Balears (APB) demuestran una reducción de un 63 % en el puerto marítimo de Palma, y un 53 % en el de Alcúdia, desde tras declararse el estado de alarma. En este sentido, los parámetros asociados a las emisiones contaminantes del tráfico de buques han registrado «descensos significativos en todos los puertos de las Islas» desde principios del confinamiento. Sobre todo en Palma, donde se ha observado una «reducción más notable».

Estos datos se han obtenido a través de las 25 estaciones de medidas de calidad del aire en los cinco puertos del archipiélago, que se encargan de calcular las emisiones de gases y partículas de la atmósfera y la generación de ruido, con el objetivo de estudiar el impacto ambiental que puede provocar la actividad portuaria.

Emisiones

Aitor Urresti apunta que en Mallorca, en el primer mes de confinamiento, «los niveles de dióxido de nitrógeno – un compuesto presente en la atmósfera producido, mayoritariamente, por la combustión de los vehículos – se redujeron en torno a dos tercios», según los datos obtenidos por la Red Balear de Vigilancia y Control de Calidad del Aire en Balears a través de las 21 estaciones fijas entre Mallorca, Menorca e Ibiza.
Un hecho claro de contaminación en aire se aprecia, sobre todo, en el tráfico. El segundo estudio que presentó la Dirección General de Energía y Cambio Climático mostraba que antes del estado de alarma la estación de la calle Foners, de Palma, detectó como valor medio de NO2 27 microgramos por metro cúbico, un dato que durante el confinamiento se redujo a un 64 % pero que desde la fase 1 de la desescalada «se elevó considerablemente» hasta alcanzar los 16 microgramos por metro cúbico y algún picos que llegó a los 87.

El departamento lleva años estudiando los impactos ambientales. «Puede ser que el tráfico tenga mucha relación, sobre en lo referido al combustible diesel», detalla Urresti. Además, avanza que las emisiones van aumentando por la desescalada, aunque reconoce que «no tenemos claro, de momento, si llegará a los mismos niveles de siempre. Esto no solo dependerá de la movilidad. También del turismo y de las corrientes de aire que lleguen de la Península o de otros países. Es difícil hacer una predicción». En este apartado, Urresti sostiene que los expertos del departamento trabajan ahora para analizar este momento histórico y su evidente impacto ambiental. Ante todo, confía en que haya un cambio de mentalidad para la lucha contra el cambio climático.

Las carreteras de Balears tendrán 70.000 coches menos este verano

Más de 70.000 coches de alquiler no circularán en Baleares este verano. Es un dato que avanzó este diario al inicio del estado de alarma a través de la Agrupación Empresarial de Alquiler de Vehículos con y sin Conductor de Balears. En este sentido, las Islas se preparan para encarar meses con una reducción en la movilidad por carretera, lo que provocará un aumento en la calidad de aire.