Consultas con distancia social. El hecho de que la población empiece a vacunarse en 2021 no debe significar una relajación social, el virus seguirá contagiando y las restricciones para evitar que se propague seguirán y marcarán la campaña para inmunizarse. FOTO: BOTA

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«Hay que reorganizar la Atención Primaria y reforzar el personal en las fechas de vacunación», propone, María José Sastre, presidenta del Col·legi Oficial d’Infermeria (COIBA). A las puertas de una nueva vacuna, capaz de inmunizar a la población contra la COVID-19, se abren muchos interrogantes.

Los profesionales sanitarios ven con temor un dispositivo que en sólo pocos meses pretende vacunar a al menos el 70 % de la población con una doble dosis por lo que se requerirá un sobreesfuerzo a un sistema tensionado y con trabajadores exhaustos que se enfrentan a una pandemia desde el mes de marzo, sin dejar de lado al resto de pacientes.

La vacunación empezará de forma paulatina (el primer trimestre será para los grupos de mayor riesgo). «El problema será después cuando se amplíe al resto de la población. No hay personal suficiente, habrá que montar dispositivos a nivel comunidad», explica Sastre quien alerta de que «estamos muy centrados en el tema COVID y hemos dejado de hacer muchas cosas. Lo mismo pasará con esta vacunación», advierte. «No hay que olvidar que tenemos mucha población crónica, pluripatológica, gente en exclusión social... que también requieren atención».

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Todo esto se suma a una situación epidemiológica cambiante porque a pesar de que se empiece la vacunación, no se eliminará de forma automática la propagación del virus que tendrá que seguir controlándose con medidas restrictivas.

«En Balears viven más de un millón de personas, vacunarlas dos veces no es ninguna tontería. Hay que garantizar la seguridad del profesional y del paciente y no puedes tener a 20 personas esperando en la puerta. Debe ser gradual y hay que disponer del personal adecuado», se muestra contundente José Manuel Valverde, presidente del Col·legi Oficial de Metges (COMIB).

A pesar de que las primeras dosis se suministrarán en las residencias de mayores, posteriormente el lugar idóneo para la campaña son los ambulatorios, «el único sitio donde cabe pensar hacerlo». Esto supondrá «un esfuerzo suplementario con un personal de por sí bastante limitado», añade el doctor Valverde. «La solución pasa por dotar adecuadamente a los centros de salud y algunos vamos muy justitos de espacios», dice. Además, «la vacuna es diferente a las habituales: exige frío en transporte y almacenamiento y son multidosis, lo que implica que hay que planificar las citas para no perderlas». Por otra parte, recuerda Valverde, coincidirán en el mercado diferentes vacunas, con diferentes formatos e instrucciones. «Empezaremos por lo fácil, en la segunda fase será más grande y la tercera será descomunal. Es un trabajo ingente».

La directora general de Salut Pública, Maria Antònia Font, se muestra optimista. «Primaria está preparada», asegura, «vacunar es un trabajo que se hace a diario». Respecto a los refuerzos, «ya no queda nadie más a quien contratar, las bolsas de trabajo están vacías», añade.