La reducción del aforo de las cenas familiares por Navidad a 10 personas supondrá una transformación del menú. Las piezas grandes de aves, carnes y pescados tendrán más dificultad para entrar en la cesta de la compra.

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Las Navidades se presentan con presupuestos más que ajustados por la crisis económica derivada de la pandemia, lo que supondrá «una bajada de hasta el 25 por ciento en el consumo de los hogares». Así lo señala el portavoz de la asociación Consumidores y Usuarios de las Islas Baleares (Consubal), Alfonso Rodríguez, que advierte que los baleares «no están comprando. Este año es muy especial y por lo que nos cuenta la gente, la inmensa mayoría aún no sabe qué hacer».

La contención del gasto se explica por la situación de desempleo, ERTE o reducción de ingresos en muchos hogares de Baleares. «Estamos convencidos de que bajará el consumo por la situación de incertidumbre. La partida más importante en estas fechas son los regalos y después la comida. Pero este año se gastará menos en alimentación porque no vamos a poder reunirnos en familia».

Por otro lado, Rodríguez advierte que «habrá un componente de pesadumbre» que también contribuirá a que se reduzcan las compras. «Las cenas serán más livianas, más ligeras y con productos menos caros. Esta situación influirá a la hora de hacer la compra».

En estos primeros días de diciembre ya se atisba que «hay una sensación de vivir en una crisis, lo que nos llevará a ser más cautos y comedidos a la hora de ir a comprar regalos o al hacer la compra. No habrá grandes piezas de comida en la mesa y se esperan platos más sencillos».

Una de las partidas de gasto más importante durante estas fechas navideñas es la de los regalos, en especial los juguetes para los más pequeños. Incluso los niños verán cómo los Reyes Magos irán un poco más descargados en las Navidades de la pandemia.

Ahorro

«Gastaremos bastante menos. Se mantendrá el mismo número de regalos pero serán bastante más económicos», señala Rodríguez. Y pone de relieve un dato interesante: «la gente está comprando artículos de segunda mano, ya sean ropa o juguetes. Esta decisión de los compradores también va a afectar. Rodríguez destaca que la compra de objetos usados «parecía un concepto arraigado en la pobreza pero esta percepción está cambiando».