El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. FOTO:PERE BOTA

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El obispo de Mallorca, el menorquín Sebastià Taltavull, se ha vacunado contra la COVID-19 en la residencia Sant Pere i Sant Bernat de Palma, que acoge a sacerdotes mayores y jubilados de la diócesis que ya no desempeñan funciones pastorales, pese a no ser trabajador ni usuario de la misma. En concreto, fue inoculado el pasado 5 de enero de la primera dosis.

El obispo ha asegurado que «me incluyeron en la relación de personas a vacunar». Además, ha dejado claro que «no solicité ser vacunado»; aunque tiene 73 años, «una edad de riesgo».

Desde la Conselleria de Salud han asegurado que «el Servei de Salut vacuna a las personas que aparecen en las listas facilitadas por las residencias, que deben ser usuarios o trabajadores de las mismas».

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Desde el Obispado de Mallorca han confirmado que la lista fue elaborada por la residencia, siguiendo los criterios de Salut. Aunque el obispo no es trabajador ni usuario de la citada residencia, han argumentado que fue incluido en la lista de vacunación porque «forma parte del grupo de la unidad de convivencia». En este sentido, han destacado que tiene un apartamento allí, y aunque no reside en el mismo puede ir cuando lo desea. También han subrayado «tiene contacto permanente con los residentes».

El Obispado también ha argumentado que Taltavull se vacunó para «dar ejemplo» y «por responsabilidad».

Las mismas fuentes han señalado que no tienen constancia de que otros obispos españoles ya se hayan vacunado contra la COVID-19.