Interior de un local con mesas y sillas recogidas al no poder servir a los clientes.

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La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha asegurado este martes que las restricciones funciona y ha puesto como ejemplo lo ocurrido en Mallorca; donde la incidencia acumulada ha bajado de forma significativa tras las restricciones. «Si no hubiésemos tomado esta decisión habría más contagios, más presión hospitalaria y más muertes».

En este punto, ha destacado que en Baleares hay un muerto por cada 88 casos, mientras que la media nacional es de un fallecido por cada 45 casos; lo ha atribuido a que se hace más rastreo y ha asegurado que en Baleares nunca ha faltado una cama de hospital ni de UCI.

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La jefa del Ejecutivo ha justificado las decisiones de su Govern en los técnicos. En este sentido, ha argumentado que se han aprobado las restricciones cuando ha habido una situación sanitaria complicada. Por ello, ha explicado que se han realizado restricciones al sector de la hostelería y la restauración porque es un ambiente más relajado y la gente se quita la mascarilla para comer y beber. La presidenta ha asegurado que la culpa no es de los restauradores, ni de los gimnasios, ni de los centros comerciales sino del virus; ha explicado que el virus se propaga por aerosoles.

La presidenta ha respondido a los grupos parlamentarios que se trata de una pandemia que afecta a nivel mundial y que estamos ante «una situación extrema, durísima». En este sentido, ha asegurado que es consciente del dolor de los ciudadanos y ha reiterado que el objetivo es salvar el máximo de vidas posible, así como acompañar económicamente a los que más lo necesitan.

Por último, Armengol ha pedido firmeza y rigor a los ciudadanos de las Islas para que sigan cumpliendo las medidas restrictivas, ya que ha insistido en que funcionan.