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Balears ya camina, a paso lento pero firme, hacia la transición energética. Sin embargo, este proceso para lograr unas Islas más verdes energéticamente no está exento de contraindicaciones. Una de ellas es el impacto ambiental y territorial de los parques fotovoltaicos, especialmente de los proyectados en suelo rústico. Con el fin de reducir este impacto, el Govern endurecerá los requisitos de las nuevas instalaciones fotovoltaicas.

El borrador del Decreto de modificación del Plan Director Sectorial Energético ya ha superado el proceso de consulta previa y en breve saldrá a exposición público. En el documento se establecen las medidas de protección que persiguen lograr la máxima eficiencia en el menor espacio para un consumo mínimo de territorio. «Nuestro objetivo es que los parques fotovoltaicos tengan el menor impacto ambiental», aseguró el director general d’Energia i Canvi Climàtic, Josep Malagrava, quien explicó que muchos de los requisitos que ahora se exigirán desde el primer momento ya se están cumpliendo, puesto que lo acaba solicitando la Comissió Balear de Medi Ambient.

Medidas

Entre las nuevas medidas que se incorporan y que deberán cumplir los nuevos parques fotovoltaicos figura que la ocupación de la instalación deberá ser inferior a una hectárea por cada megavatio de potencia instalado. Excepcionalmente, en el supuesto de que existan cuestiones técnicas que impidan cumplir estos criterios, como por ejemplo con usos agrarios combinados, se puede exonerar de esta limitación mediante resolución del director general competente en materia de energía, previa solicitud motivada por parte del promotor. Además, el rendimiento mínimo de los paneles a instalar debe ser del 20 % de la potencia total del parque, algo que ya es posible debido a los avances tecnológicos.

En cuanto a las condiciones de carácter más ambiental, será obligatorio incorporar una barrera vegetal en todo el perímetro del parque compuesta por una combinación de estrato arbóreo y arbustivo de especies autóctonas y de bajo requerimiento hídrico con una altura mínima de dos metros. Asimismo, se incluirá un sistema de riego para asegurar el rápido crecimiento de la barrera vegetal durante los primeros años. Igualmente, todas las edificaciones de los parques fotovoltaicos deberán estar acabadas en piedra, piedra arenisca o pintadas con colores ocres y la carpintería exterior deberá ser de tipología idéntica a la tradicional.

Por otra parte, en caso de que en los terrenos existan masas forestales, árboles de cultivo u otros cultivos, se compensará su eliminación con la recuperación del uso agrícola o forestal de una o varias parcelas abandonadas, con una superficie igual a la que ocupan los terrenos a eliminar. Se plantará como mínimo el mismo número de árboles que se eliminen y se mantendrán estos terrenos durante el tiempo de funcionamiento del parque.

Las Claves

1. Abierta la convocatoria de 20,7 millones para impulsar las renovables

La segunda edición de la convocatoria de ayudas para el impulso de las energías renovables, Programa Solbal del IDAE, destinará 20,7 millones a Balears. Una de las novedades de esta edición es el fomento de las instalaciones en cubiertas de grandes dimensiones o de aparcamientos.

2. El GOB reclama planificación energética y territorial

Hace más de un año que el GOB ya alertó de un alud de peticiones de parques solares en suelo rústico y recientemente instó a Govern y Consell a llevar a cabo una planificación territorial y energética de estas instalaciones para evitar que se especule en suelo rústico.

3. Sin grandes parques en Ibiza

La Hoja de Ruta para la Transición Energética de la isla de Ibiza que presentó a finales del año pasado el Consell d’Eivissa no contempla la creación de grandes parques solares. Este plan se marca pasar del 0,22% de generación de energía fotovoltaica y eólica actual a un 35% en 2030.