Nueva normativa de las mascarillas: solo se podrán quitar cuando haya distancia de seguridad, pero siempre habrá que llevarla encima. | Josep Bagur Gomila

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Las mascarillas dejarán de ser obligatorias en espacios exteriores a partir de este sábado pero la nueva normativa obligará a llevar una a mano para el caso de que no haya los 1,5 metros de distancia de seguridad interpersonal o sea necesario su uso.

Según han informado fuentes autonómicas del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, esta es una de las medidas que recoge la nueva norma que deroga el apartado de la ley 2/2021 de 29 de marzo que establecía la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores, aunque hubiese distancia de seguridad.

En su lugar, aplican una norma más flexible, que siga manteniendo la obligatoriedad en interiores, transporte público y también en exteriores si no se puede mantener la distancia de seguridad: en aglomeraciones o eventos multitudinarios. Sin embargo, si en estos eventos se celebran en espacios al aire libre y las personas ocupan asientos separados entre sí por, al menos, 1,5 metros, no serán obligatorias.

Algunas comunidades han dado a conocer este miércoles su hoja de ruta en la desescalada de la mascarilla, que pasa por retirarla en exteriores cuando se pueda garantizar la distancia de seguridad de 1,5 metros con no convivientes, y también para los usuarios ya vacunados de las residencias.

Lo han hecho antes de la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud que cerrará las condiciones en las que se podrá dejar de usar el cubrebocas al aire libre a partir del próximo sábado y que serán aprobadas definitivamente mañana mediante real decreto en una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha desgranado su idea para los cambios en el uso de las mascarillas y, si el Gobierno dicta finalmente un decreto ley distinto a la propuesta gallega, la comunidad se adaptará al decreto, aunque cree que no será necesario.

La Xunta propone un plan «prudente» que supone, con carácter general, eliminar su imposición excepto cuando no se pueda mantener la distancia de metro y medio; en resumen sería usar en interior elemento de protección y distancia y en el exterior mascarilla o distancia, con el matiz de que será «obligatorio» llevar siempre encima una por si fuese preciso su empleo.

Entre convivientes no será necesaria su utilización y en las terrazas de los locales de hostelería sí, salvo en el momento de consumir, por la imposibilidad de mantener esa distancia interpersonal.

Pero aún hay una «oportunidad esta tarde» de que el Gobierno aporte luz respecto a esta cuestión en el Interterritorial, ha apuntado Núñez Feijóo, pues lo ocurrido hasta ahora en relación con este tema es, a su juicio, «sorprendente».

En Aragón, la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto, ha anunciado que las personas vacunadas que viven en residencias de mayores o de discapacidad de esta comunidad no tendrán obligación de usar la mascarilla dentro de estos recintos a partir de los próximos días.

Una vez que la orden sea publicada en el Boletín Oficial de Aragón y los centros estén preparados, podrá aplicarse la eliminación del uso de la mascarilla para quienes estén vacunados, aunque se mantendrá en los que no lo están y en trabajadores y visitantes.

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Esta posibilidad de eliminar la imposición de la mascarilla en residencias o entornos con amplia cobertura vacunal ya la ha apuntado en numerosas ocasiones el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.

Aunque el pasado lunes no lo mencionó, sí dijo que «es muy posible que en un futuro no muy lejano podamos retirarla de algunos escenarios más» que en determinadas condiciones al aire libre.

El «Informe sobre criterios de flexibilización en el uso de mascarillas», que presentará este miércoles la ministra Carolina Darias a los consejeros, se basa en la propuesta realizada por los técnicos del Ministerio y de las comunidades que conforman la ponencia de alertas de salud pública, una propuesta «muy comedida» -afirmó Simón- y que plantea una retirada progresiva de los cubrebocas.

En este sentido, el president de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, ha asegurado que es partidario de «administrar el sentido común en la dirección de la máxima prudencia» y que apuesta por una «progresiva apertura» sobre la utilización de las mascarillas en una norma que debe ser «flexible y reversible».

Allí pensaba empezar la relajación del uso de mascarillas en playas y en recintos naturales, y «si es en otros ámbitos, tiene que ser desde la máxima prudencia». «No se puede plantear una desaparición en absoluto de las mascarillas», ha zanjado antes de añadir que van a «continuar protegiéndonos» y que hay que llevarla siempre «al menos en el bolsillo».

Cataluña avala eliminar la obligatoriedad al aire libre, pero únicamente cuando se está solo o con el grupo de convivencia o cuando haya una distancia de seguridad de metro y medio con otras burbujas de convivencia.

La secretaria de Salud Pública de la Generalitat, Carmen Cabezas, ha recordado que Cataluña ya se ha manifestado a favor de esta retirada y que, en función de la propuesta que haga el Gobierno, se valorará si es necesario alguna normativa autonómica adicional.

A la espera de lo que suceda esta tarde, el vicepresidente y portavoz del Gobierno de Navarra, Javier Remirez, ha emplazado a conocer «el contenido exacto» de la propuesta del Ministerio y del real decreto ley que en su caso se derive, para «ver qué es de aplicación directa a Navarra y qué margen de maniobra hay».

En cualquier caso, ha considerado que hay un «consenso generalizado» sobre la posibilidad de flexibilizar el uso de las mascarillas y no obligar a llevarlas en un contexto determinado de estancias en exteriores y con distancia entre las personas, en el actual «contexto de avance positivo de la vacunación».

Asturias fijará una serie de recomendaciones sobre el uso de la mascarilla en «determinados espacios y circunstancias» cuando se sepa la conclusión del Interterritorial, según la portavoz del Ejecutivo autonómico, Melania Álvarez, quien ha precisado que esta desescalada no implicará que «nos desprendamos de ella -ha dicho-, sino que modulemos su uso».

La eliminación de la mascarilla requiere cambiar la ley 2/2021, de 29 de marzo, sobre medidas urgentes para hacer frente a la crisis de la COVID-19, que regulaba su uso obligatorio en la vía pública, en espacios al aire libre y cerrados de uso público o abiertos al público, así como en los transportes.

El «Informe sobre criterios de flexibilización en el uso de mascarillas» que presentará este miércoles la ministra Carolina Darias a los consejeros se basa en la propuesta realizada por los técnicos del Ministerio y de las comunidades que conforman la ponencia de alertas de salud pública, una propuesta «muy comedida» y que plantea una retirada progresiva de los cubrebocas