Imagen exterior del hotel puente de Palma. | CATI CLADERA

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Sólo el regreso a su lugar de origen corre a cargo del infectado o contacto estrecho de un contagiado foráneo por COVID-19. Los demás va a cuenta del erario público.

El IB-Salut, por indicación de la dirección general de Salut Pública, contrata un hotel puente en cada isla para alojar allí a los turistas o personas que no pueden hacer un aislamiento en condiciones. En el caso de Mallorca, el hotel Melià Bellver percibe cada mes unos 300.000 euros en concepto de alquiler.

Ahora, además, el Consell de Govern ha aprobado, con tramitación de emergencia, una partida de 99.988 euros para contrataciones y adquisiciones en materia de seguridad y vigilancia para el mismo hotel, visto el incremento de huéspedes que ha supuesto el megabrote entre estudiantes de la Península. En la actualidad se alojan en este establecimiento 249 escolares y 33 turistas extranjeros, según explicó ayer la consellera de Salut, Patricia Gómez.

«Somos de las pocas comunidades que hemos puesto hoteles para aislar a los turistas, es un gasto que asume el IB-Salut», explicó ayer Gómez. Los gastos no sólo implican el alquiler de la infraestructura, también «la seguridad, el apoyo de enfermos o médicos o los gastos de comida que les llevan desde Son Llàtzer», añadió. En la actualidad, por ejemplo, cinco activos policiales custodian la puerta de este hotel. Además, hay informadores COVID para resolver dudas y cubrir las necesidades de los hospedados. «Necesitamos más medios por la cantidad de gente que hay», aseguró Gómez.

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Cada comunidad debe sufragar estos gastos por su cuenta, si bien existen unos fondos de cohesión que «lo compensarán dentro de un tiempo». Es decir, en un futuro, las contrataciones se podrán financiar a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional de Balears autorizado por la Comisión Europea. Se entiende que, a la hora de distribuir las ayudas, se tendrá en cuenta el refuerzo de los sistemas sanitarios y la capacidad de respuesta frente a la pandemia.

También Balears se hace cargo de las pruebas diagnósticas que se hagan los viajeros durante el rastreo de casos, en las Islas. Lo único que corre a cuenta del contagiado o contacto estrecho es el viaje de regreso. En el caso de los estudiantes que están realizando en Mallorca una cuarentena y habrán perdido el billete de vuelta, serán ellos quienes paguen el nuevo.

Lo que dejó claro la consellera Gómez es que cada comunidad debe hacerse cargo de los positivos que detecta y de rastrear sus contactos estrechos. Los contagios que, pese a producirse en Mallorca, se han registrado durante el regreso a su comunidad de origen, no cuentan en el cómputo de incidencia de Balears y no están bajo su responsabilidad.

A los 249 jóvenes peninsulares que han tenido relación directa o indirecta con el brote y que están bajo la custodia sanitaria del Govern, la consellera les envía un mensaje de tranquilidad: «Están en un hotel de cuatro estrellas en el Paseo Marítimo de Palma y atenderemos todas sus peticiones, entiendo que se preocupen pero hay que abordar esto de forma positiva», concluyó.