El macrobrote de estudiantes ha sumado 80 pruebas positivas realizadas en Baleares.

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Baleares ha sumado 1.136 nuevos casos positivos de COVID-19 entre el domingo 27 de junio y el sábado 3 de julio, según los datos que han sido facilitados por parte de la Conselleria de Salut.

La tasa de positividad es del 6,76 %, superior al 5 % que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para tener controlada la pandemia. Hasta hace poco, este indicador rondaba el 1 %; el 21 de junio era del 1,44 %.

Se trata de cifras muy elevadas, que han provocado que la incidencia acumulada a 14 días se haya disparado y supere los 128,3 casos positivos por cada 200.000 habitantes. Cabe precisar que esta cifra no se ha actualizado este sábado y realmente es más alta, ya que no recoge los 233 nuevos contagios. De este modo, las Islas han pasado a estar en riesgo medio y se encaminan de manera rápida hasta el riesgo alto; que comienza en 150. No obstante, seis zonas básicas de salud de las Islas ya se encuentran en riesgo extremo de contagios.

Si se analiza por franjas de edad, los jóvenes superan con creces el riesgo extremo, ya que la incidencia acumulada a 14 días de las personas con edades comprendidas entre 16 y 29 años es de 446 -cifra actualizada el 2 de julio-. Los viajes de estudios -los 80 positivos detectados en Mallorca también se encuentran incluidos en la cifra total de contagios-, los botellones y las fiestas no oficiales con motivo de Sant Joan son los principales causantes de que se hayan disparado los contagios.

El portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, ha reconocido que existe transmisión comunitaria en Baleares, aunque ha puntualizado que el aumento de los contagios está principalmente motivado por los brotes. Habrá que esperar unos días para ver si las infecciones se frenan o si aumenta la transmisión comunitaria, debido a que los jóvenes puedan contagiar a sus padres y a otros familiares.

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Quinta ola

Ante este panorama, cada vez son más los expertos que hablan de quinta ola. El especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, Joan Carles March, sostiene que «este alto número de contagios nos viene a decir que la quinta ola en poblaciones jóvenes ya está aquí y que es necesario hacer más test, al mismo tiempo que es imprescindible plantear un mayor control del ocio nocturno, principalmente de las discotecas donde se deja abierto un edificio cerrado donde muchas veces se deja de usar mascarillas y se comparten bebidas. El alcohol es un factor coadyuvante de este incremento de contagios».

March advierte que «la incidencia sigue en ascenso de forma descontrolada, en clara oleada. Sube en todos los tramos de edad, salvo el de los mayores de 70 años, pero se evidencia mucho más intensa en las franjas de edad más jóvenes, muy especialmente en el tramo de los 16 a los 29 años».

El especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública reconoce que «lo bueno de la situación es que la ocupación hospitalaria y en las UCI no sube en la misma proporción que en el número de contagios».

En su opinión, «esta nueva oleada en este grupo poblacional se debe al fin de las actividades lectivas, y la ocupación de todo su tiempo en socializar con otros individuos, mayoritariamente de su franja de edad. La subida explosiva de la incidencia en la franja de 16 a 29 años confirma esta hipótesis, ya que existe una extensa transmisión comunitaria que se podría reducir controlando estas interacciones sociales, a base de diálogo, información y coerción (ante los botellones es imprescindible un adecuado control de acceso, la identificación de quienes participan y sanción de quienes han podido ir a ellos)».

También sostiene que «hay gente en este grupo que son negacionistas, otros que no tienen ni idea de lo que está pasando y solo quieren disfrutar, otros que piensan que la pandemia ya pasó, otros que estando protegidos los mayores el contagio de los jóvenes carece de importancia». Por ello, cree que «es necesario trabajar en la actitud de ellos con una campaña informativa dirigida a los jóvenes, que ayude a modificar el comportamiento de este colectivo. Es necesario además evitar las aglomeraciones (especialmente botellones), además de hacer test ante cualquier sospecha, junto a una colaboración en la identificación de contactos, además de la vacunación en esta franja de edad».