Boya oceanográfica usada en el seguimiento del nivel del mar.  | IMEDEA/UIB.

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No es la primera vez, ni muchísimo menos. El Centre Oceanogràfic, el Institut Mediterrani d’Estudis Avançats (Imedea), el    Sistema d’Observació Costanera (SOCIB) o la propia Universitat de les Illes Balears (UIB) llevan décadas realizando investigaciones marinas, pero resulta destacable que, en estos últimos meses, se han desarrollado en diferentes puntos de Mar Balear tres campañas de estudio de este medio.

La primera pone a prueba la robótica y la inteligencia artificial en la investigación marina y lo hace en aguas de Cabrera. La UIB y las universidades de Southampton (Reino Unido) y Sidney (Australia) llevarán a cabo un estudio científico para testar el uso de vehículos autónomos submarinos para la exploración y la recogida de datos marinos.

La segunda es un proyecto en el que participan el Imedea y el SOCIB para explorar nuevas técnicas de seguimiento del nivel del mar mediante satélites. El proyecto, liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), usa señales por satélite para obtener imágenes precisas del nivel del mar y de la velocidad de las corrientes marinas en Mallorca.

La tercera campaña ya fue anunciada el pasado mes de julio y consiste en otro proyecto en el que colabora el Imedea, denominado Spot the monk (Detecta el vell marí), para evaluar la presencia de la foca monje en el Mediterráneo central y occidental.

En la imagen, uno de los robots autónomos submarinos puestos a prueba en aguas de Cabrera para la recogida de datos. 

Respecto a la primera campaña, las aguas de Cabrera serán el escenario en el que los investigadores del Grup de Sistemes, Robòtica i Visió de la UIB pondrán a prueba diferentes vehículos autónomos. El estudio se inicia hoy mismo y continuará hasta el próximo domingo. Se realizará a bordo del barco oceanográfico del SOCIB y está financiado por el programa Eurofleets+, una iniciativa que tiene como objetivo facilitar el acceso de la comunidad científica a barcos oceanográficos e infraestructuras de investigación marina.

Concretamente, en el marco de esta campaña se llevarán a cabo experimentos con un vehículo submarino autónomo, un vehículo autónomo de superficie y un dispositivo flotante llamado drifter langrangiano. Estas plataformas se desplegarán para demostrar las capacidades in situ en la recogida de datos y la exploración del fondo, centrándose en la cartografía de las praderas marinas endémicas mediante el uso de la inteligencia artificial.

La segunda campaña ha consistido en la instalación de una estación receptora experimental de navegación por satélite en el Puig Major que permite captar señales a medida que rebotan en las olas del océano, pudiendo así los receptores medir la altura de la superficie del mar en una escala de centímetros.

Estación receptora de señales instalada en el Puig Major.

Estel Cardellach, del Instituto d’Estudis Espacials de Catalunya, explica que «nuestro objetivo es recibir señales de sistemas globales de navegación por satélite que se han reflejado en la superficie del mar y luego usamos estos resultados para derivar la altura y la forma de la superficie del mar».

Los resultados de las pruebas se compararán con los datos altimétricos del satélite Sentinel-3, junto con una boya oceanográfica desplegada especialmente «sobre el terreno».

El Institut d’Estudis Espacials de Catalunya ha liderado la campaña, con el Imedea y el SOCIB trabajando en el despliegue de boyas, recuperación de datos, archivo, difusión y análisis. El alemán Instituto de Física Solar-Terrestre supervisa el análisis de la interferencia de la troposfera y la ionosfera. La campaña de datos ya ha finalizado y ha recopilado 320 megabites de información por segundo. Llevará varios meses procesar correctamente este gigantesco conjunto de datos.